¿Qué pensaría Isabel II de la compleja situación que atraviesa la Familia Real? Ella lo tenía claro: «para ser creído, hay que ser visto». Y ahora mismo los Príncipes de Gales atraviesan una auténtica crisis tanto de credibilidad como imagen. Lo que parecía una inofensiva foto familiar de Kate Middleton con sus tres hijos ha desatado una tormenta mediática en Reino Unido. Probablemente, no sea la primera vez que la realeza distribuya una imagen retocada en Photoshop, pero sí la primera que seis de las principales agencias del mundo se plantan y la retiran de sus servidores.
La hasta ahora considerada «joya de la Corona» británica ha quedado seriamente cuestionada. El error de difundir una imagen tan manipulada hace preguntarse a muchos cuál es el verdadero estado de salud de la Princesa y si hay alguien al mando de la institución, a la que se exige transparencia. Mientras en la calle y en las redes continúa la oleada de críticas, en la prensa británica comienzan a alzar la voz para defenderla.
La Princesa de Gales se encuentra en un «estado físico y mental muy frágil» y se «sentirá miserable» en plena polémica por la fotografía, asegura la comentarista real Jennie Bond. «Corremos el peligro de intimidar a una señora que está tratando de recuperarse de una operación muy grave. Pienso en cómo debe sentirse ella», añadió.
La torpeza de la Princesa de Gales, obligada a admitir que retocó la imagen y que le gusta experimentar con la edición fotográfica, hace preguntarse a la sociedad hasta qué punto pudo haber mentido o contado medias verdades en otras ocasiones. La estrategia adoptada por Kensington para informar de la enfermedad de Kate Middleton está resultando desastrosa. El martes 16 de enero, la Princesa se sometió a una cirugía abdominal planificada, pasó dos semanas de convalecencia en el hospital, y ha desaparecido de la escena pública, al menos hasta después de Pascua.
Para acallar los rumores sobre su estado de salud se les ocurrió difundir una imagen el Día de la Madre. Según los últimos datos, la foto fue tomada por el Príncipe Guillermo, el pasado viernes, durante una sesión de 40 minutos, con una cámara Canon valorada en 2.900 libras. La Princesa la editó hasta en dos ocasiones en Photoshop para mejorarla, antes de publicarla el domingo en sus redes sociales. Fuentes cercanas a Kensington, aseguran que hizo «pequeños ajustes» pensando en sus propios hijos para que la imagen resultara informal y entrañable para compartir el Día de la Madre.
No solo la figura de Kate Middleton despierta las sospechas. Su marido, el Príncipe Guillermo, también ha actuado recientemente con poca transparencia. Son pocos los actos oficiales con los que ha cumplido recientemente y el hecho de que cancelara su asistencia al funeral de su padrino, el Rey Constantino de Grecia, también generó cierta desconfianza.
La crisis desatada por la foto de los Príncipes de Gales coincide con la baja de Carlos III por un cáncer, sin que hayan especificado de qué tipo se trata. La Reina Camila se tomó una semana de vacaciones tras sentirse exhausta, después de asumir más compromisos públicos. El Príncipe Andrés desapareció de la agenda institucional tras el escándalo del caso Epstein y los duques de Sussex contemplan la situación desde California.