Foto EFE

París inició su Semana de la Moda con tres jóvenes modistas asiáticos: Mame Kurogouchi, Kimhekim y Rokh. Los diseñadores utilizaron el concepto del minimalismo japonés con toques del apreciado chic francés.

Kurogouchi se inspiró en las envolturas de los capullos de seda y el arte japonés de envolver. La línea derrochó frescura con prendas de estructura fluida pensadas por capas. Estas son translúcidas en verde, blanco o beige, y ofrecen una visión desdibujada, como si se mirara desde el interior de un capullo de seda.

La diseñadora desarrolla íntegramente sus colecciones en Japón y se alió con el saber de los artesanos textiles.

Diseño de Mame Kurogouchi. Foto Archivo

Los jóvenes modistas asiáticos que se presentaron en París crecieron bajo la guía de algunos mentores de la industria artesanal. El coreano Kimhekim desarrolló sus primeros años de carrera en Balenciaga, donde se aficionó a la sastrería y tomó el gusto por la artesanía.

Luego del polémico desfile de Gucci en Milán la semana pasada, donde una modelo acusó a la marca de simplificar el problema de las enfermedades mentales, Kimhekim pareció enviar un guiño a los trastornos.

Diseño de Kimhekim. Foto EFE.

El último heredero minimalista de la noche fue Rokh Hwang, quien se formó junto a  Phoebe Philo, diseñadora durante casi 10 años de la firma Céline. Rokh recreó gabardinas, abiertas en la espalda, polos de piqué transformados en vestidos y hasta actualizó las bolsas de la compra que Philo reaprovechó para Céline aunque, esta vez, en talla maxi.

Diseño de Rokh Hwang. Foto EFE.

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