La corredora profesional Jessi Combs fue reconocida por el Libro World Guinness Records como la mujer más rápida del mundo, aproximadamente 10 meses después de que murió en un accidente a alta velocidad.
Mientras conducía el North American Eagle Supersonic Speed Challenger en agosto del año pasado, Combs completó dos carreras de alta velocidad en el lecho de un lago seco en el estado de Oregon.
Durante la primera carrera, alcanzó una velocidad máxima de 829 kilómetros por hora, mientras que en la segunda prueba alcanzó los 882 kilómetros por hora con un promedio de dos vías de 855.992 kilómetros.
En un evento especial celebrado en honor de Combs en septiembre del año pasado, en el Museo Automotriz Petersen en Los Ángeles, su familia comentó que ella soñaba con convertirse en la mujer más rápida de la Tierra.
El accidente de Combs sucedió después de que lograra establecer su récord. Al investigar las causas del siniestro, la Oficina del Sheriff del Condado de Harney en Oregon concluyó que una de las ruedas delanteras del automóvil propulsado por un avión presentó una falla durante la carrera, muy probablemente después de golpear un objeto en el desierto.
El North American Eagle Supersonic Speed Challenger viajaba a aproximadamente 885 kilómetros por hora en ese momento. La corredora perdió la vida por un traumatismo contundente.