Oliver Anthony, un granjero de la Virginia rural, subió al streaming el pasado viernes su canción country «Rich Men North Richmond». Con más de diez millones de reproducciones, se ha convertido en un himno de protesta que ha llegado al corazón de la política en Washington.
La letra de Anthony, cuyo título evoca a los hombres ricos del norte de Richmond, la capital de Virginia, a 175 kms al sur de Washington DC, describe las dificultades de la clase obrera para llegar a fin de mes frente a los privilegios de los ricos de la primera potencia mundial.
Declarada por el diario The New York Post como «el himno político de los obreros», Anthony habla de «la gente de la calle que no tiene qué comer». Una dura realidad frente a los «obesos que ordeñan al estado del bienestar» y critica las políticas neoliberales de la época de Ronald Reagan en la década de los 80, que redujeron los impuestos de las empresas y desmantelaron el estado del bienestar.
Anthony también habla del abandono de las zonas rurales por los políticos de Washington. El pelirrojo interpreta su canción en una bucólica y frondosa zona boscosa se ve acompañado de una guitarra y su perro blanco.
Aunque considera que sus ideas políticas se sitúan en el centro, sus denuncias son también las de la izquierda radical estadounidense, que insta a que los ricos paguen más impuestos y haya un sistema de salud universal para resolver algunas de las desigualdades más acuciantes de la sociedad estadounidense.
Las denuncias en Richmond
Anthony también manifiesta su preocupación por el «tráfico humano» y «el uso de los menores»; un mensaje que parece estar más alineado con las teorías conspiracionistas del grupo de extrema derecha QAnon, que apoya a Donald Trump.
La canción de Anthony también evoca la isla que tenía en el Caribe el financiero fallecido acusado de pederastia Jeffrey Epstein. En ella ofrecía menores para disfrute de los poderosos.
La congresista republicana de extrema derecha Marjorie Taylor Greene, representante del estado de Georgia, aseguró en X, antes conocida como Twitter, que «Washington DC necesita escuchar» la canción de Anthony.
«Es el himno de los estadounidenses olvidados de los que nuestro gobierno ya no se preocupa. Estos son mi gente, los hombres y mujeres buenos muy trabajadores que sostienen a Estados Unidos. Lucharé por ellos cada día», asegura.
En el otro extremo del espectro político, el senador demócrata Chris Murphy de Connecticut (este), asegura que «los progresistas deberían escuchar» el mensaje de Anthony.
«En parte, porque es simplemente una buena canción, pero también porque muestra el camino del cambio. Anthony canta sobre la falta de alma en el trabajo, los salarios de mierda y el poder de las élites». «Todos los problemas para los que la izquierda tiene mejores soluciones que la derecha», comentó en X.
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