Que Harvard, una de las universidades más prestigiosas del mundo y miembro de la Ivy League, haya integrado las claves de la felicidad y liderazgo a su plan de estudios no debería causar sorpresa. Pues la institución ha sido cuna de numerosos líderes en diversos campos, incluyendo presidentes, CEOs, premios Nobel, intelectuales y artistas; por lo que tiene claro que los líderes más felices son mejores.
Bajo esta premisa realizó un simposio sobre felicidad y liderazgo que atrajo a más de 1.200 participantes; incluyendo administradores, líderes empresariales, personal militar, funcionarios electos y estudiantes, tanto en persona como en línea. El evento, celebrado en la Harvard Business School, tuvo un solo propósito: resaltar que “todos los grandes líderes deben ser maestros de la felicidad”.
¿Cómo es el plan de estudio de Harvard con la felicidad y el liderazgo?
Arthur Brooks, profesor de prácticas de gestión, desafía a sus estudiantes a reflexionar profundamente sobre su propósito de vida en su popular curso sobre la felicidad. Brooks plantea preguntas fundamentales: ¿Por qué estás vivo? ¿Por qué estarías dispuesto a morir?
Según Brooks, encontrar respuestas personales a estas preguntas es crucial para una vida plena y significativa. “No se trata de darles las respuestas correctas, sino de que cada uno encuentre las suyas”, explica.
Este enfoque se basa en una investigación sobre la felicidad, que subraya la importancia del sentido y el propósito en la vida, un principio que se remonta a Aristóteles y su concepto de “eudaimonia”, o “buen espíritu”, de acuerdo con lo reseñado por el medio Cambio 16.
Expansión de cátedras de felicidad
No obstante, las cátedras de felicidad no son exclusivas de Harvard. Más de 200 universidades e institutos en Estados Unidos, incluyendo la Universidad de Pensilvania, Berkeley y Carolina del Norte, han adoptado programas similares. Esto para ayudar a sus estudiantes a vivir vidas más plenas.
Aunque la Universidad de Harvard, con 85 años de investigación sobre la felicidad, fue la primera en ofrecer una cátedra de felicidad en 2007, dirigida por el israelí Tal Ben-Shahar. Este curso se convirtió rápidamente en uno de los más populares, demostrando que enseñar sobre bienestar emocional puede mejorar la creatividad, gratitud, salud y relaciones interpersonales de los estudiantes, así como su desempeño académico.