Giovanni Angulo es un agricultor venezolano que sabe en carne propia lo que significa caer y levantarse. Unos años atrás fue estafado por un compañero de trabajo y, como él mismo recuerda, perdió «38 años de trabajo particular en la agricultura», lo que lo dejó en una mala situación con muy bajos recursos.
Con una familia a cuestas, Giovanni (45 años) no tuvo mucho tiempo para lamentar la estafa, y casi de inmediato volvió a poner sus manos en la tierra, según sus propias palabras, «inició un proceso de siembra de pequeñas plantaciones» en el patio de su casa, ubicada en la avenida Jiménez de la parroquia Cuara, en el estado Lara.
La familia de Giovanni está conformada por cuatro adultos: esposa, dos hijos adultos, así como dos nietos. «Mis nietos, fueron un gran cambio en mi vida, porque ahora tengo la responsabilidad de enseñarles a luchar para ser buenos ciudadanos, buenas personas», explica.
Además de agricultor, dedica parte de su tiempo libre a la enseñanza de uno de los deportes más populares en Venezuela. «Soy técnico en una escuela de beisbol menor. Enseñamos a los niños este deporte y actualmente contamos con una participación de 170 atletas».
Como uno de los beneficiarios del proyecto de FAO en Cuara, Giovanni recibió insumos (semillas y herramientas), así como una asesoría técnica que le permitió aprender a reproducir semillas que antes resultaban inalcanzables por su alto costo en el mercado.
«Actualmente estoy sacando una variedad de semillas, que no tiene nada que envidiarles a las trasnacionales. Yo creo que nosotros, los pequeños agricultores, debemos explotar este conocimiento acá en Venezuela», dice Giovanni.
El proyecto
Giovanni Angulo y su familia es uno de los 720 beneficiarios del proyecto: «Promoción de la Seguridad Alimentaria y Nutricional, en los niños en edad escolar y sus familias, mediante la asistencia nutricional con apoyo de la producción proveniente de la Agricultura Familiar a pequeña escala» que FAO Venezuela ejecuta en varios estados del país con recursos financieros de la Unión Europea.
El proyecto que se ejecuta en Cuara, hace acento en la Escuela Técnica Agrícola «José Ramón Rodríguez», alcanza a otras siete escuelas de inicial y primaria del municipio Jiménez, y cuenta con la asesoría técnica de la FAO. Busca fortalecer el Programa de Alimentación Escolar (PAE), por medio del consumo de alimentos autóctonos, cosechados en las tierras cercanas a la escuela por productores locales. Por otra parte, ofrece asistencia a los agricultores para la producción y el almacenamiento de semillas y alimentos.
De esta forma se pretende la complementariedad de los menús que suministra el PAE a través de la compra directa de alimentos frescos provenientes de la Agricultura Familiar local y la producción propia de alimentos en terrenos de las Escuelas Técnicas.
Su futuro
Cuando se le pregunta a Giovanni cómo puede mejorar su vida y la de su comunidad, responde de inmediato: «Puede mejorar, ayudando a los míos, a mi casa, a mi familia y a los compañeros de trabajo. Nos hemos dado cuenta que nosotros tenemos la capacidad de producir semillas de calidad para alimentarnos y hasta para exportar».
Y agrega: «Porque yo me imagino mi vida trabajando, produciendo y reproduciendo semillas en estas tierras, manteniéndonos al galope con los animales que nos han sido entregados, y continuando con el proyecto FAO, incluso después que termine».
Para este agricultor, su continuidad y la de su familia está en la tierra. «Yo seguiré sembrando en un 100% y hasta 10.00% mientras tengamos la labor de ayudar a otras personas».