Cronas, te hace feliz. Así se sencilla es su presentación, pero resulta más que suficiente para despertar el sentido de curiosidad en aquellos que guardan un momento especial en el día para disfrutar de un “dulcito reparador”.
Se podría decir que es una dona con carácter, pues su pasta híbrida es el principal factor diferenciador y, a su vez, la que hace que tanta gente termine enamorándose de ella.
La Cronut® (por su nombre en inglés) promueve la creatividad y la originalidad, razones de sobra para que El Nacional se adentrara en el centro de producción de Cronas y diera a conocer no solo lo que está detrás de su elaboración, sino a quienes tuvieron la ingeniosa idea de traerlas a Venezuela.
Invento repostero del milenio
Las cronas son la fusión más interesante que se ha escuchado en los últimos tiempos en materia de repostería. De esta manera, Sandra Alves, cocinera profesional especializada en pastelería y responsable de adaptar este concepto en Caracas, describe su negocio.
Para nadie es un secreto que esta creación surgió en 2013 bajo la experticia del reconocidísimo chef pastelero Dominique Ansel quien, rindiéndole tributo a su Francia natal, inauguró en la exclusiva zona de SoHo un local homónimo que vio nacer al revolucionario postre y que cambiaría la forma en que conocíamos tanto a las donas como al croissant.
El street food de Nueva York nunca volvió a ser el mismo después de las cronuts pues, casi 8 años después, aún se siguen haciendo colas kilométricas dispuestas a conseguir el preciado postre como si de una herencia millonaria se tratase.
Para Alves, ese mismo 2013 su vida tomó un vuelco interesante cuando su esposo llegó a su casa con la idea de montar un local en Caracas que tuviese el mismo concepto y que fuese igual de “viral” al mismo tiempo.
“Las cronuts salieron al mercado un 10 de mayo y Víctor, mi pareja, llegó a la casa preguntándome al día siguiente si conocía a alguien que supiese hacer donas”, señaló. “Yo no tenía idea, pero inmediatamente comencé a investigar; ser cocinera de profesión me facilitó el proceso y, además, estimuló completamente mi imaginación como creativa culinaria”.
El desconocimiento, en este caso, funcionó a su favor. “Después de investigar por encimita y no saber absolutamente nada de masas o su preparación, me encantó la idea de fusionar conceptos tan diferentes que tuviesen tanta aceptación en el mercado”.
En ese mismo momento ambos decidieron traer la idea a Venezuela, pero de la forma más latinizada posible; razón por la cual el nombre de pila del producto, Cronut®, “mutó” hacia Cronas.
El primero gran obstáculo
No fue la pandemia como muchos apostaron. De hecho, el negocio nació –y creció- en medio de ella y de una forma bastante positiva.
La protagonista de esta historia es la que menos se pensaría: la masa.
“Es un híbrido completamente distinto a cualquiera que hayas visto, escuchado o probado”, destacó Alves.
Respecto a este tema, existe una anécdota bastante peculiar que comenzó unos 5 meses antes de aquel 01 de noviembre del 2020, cuando decidieron finalmente salir a flote con Cronas.
“Antes de comenzar el negocio como tal, pateamos durísimo las calles y buscamos en todas las panaderías que pudiésemos imaginar en la ciudad, distintas masas de cruasanes”, indicó. “La cuestión es que esta mezcla es semi hojaldrada y súper complicada de conseguir.”
Se fueron de panadería en panadería durante al menos 5 meses viendo quién podría ayudarlos vendiéndoles, al menos, un kilo de masa para hacer sus ensayos. “Muchos sí nos ayudaron, pero hubo también muchos otros que se negaron pues era una mezcla propia y no estaban dispuestos a compartirla”, dijo. Sin embargo y, a pesar de todo, se logró.
“Nosotros usamos la masa original del croissant y la freímos dándole la forma de una rosquilla. Ahí está el detalle: juega el papel de una dona, pero con la masa del croissant”, explicó Alves. “Es una explosión increíble de sabor. Una locura.”
Tentadoras, suaves y crujientes
Una crona es una pieza única en su especie, así como lo es el tiempo de fermentación que necesitan para poder alcanzar el punto perfecto de textura y cocción. Ese, es otro de los factores que las diferencian del resto de las donas.
“Es un proceso de tres días completos, en el cual se realiza la masa, se deja fermentar aproximadamente 2 horas, se desgasifica y, posteriormente, se divide en partes iguales para después colocarlas en la nevera por 24 horas”, señaló Alves.
Luego de ese tiempo se trabajaría el proceso de laminación, se estiraría la masa hasta alcanzar las medidas necesarias y, finalmente, se troquelaría con la intención emprender el arte del relleno y las coberturas.
Todo este procedimiento se realiza de forma artesanal, es decir, 100% a mano; razón por la cual hacer un pedido de 30 donas, puede tardarse tanto tiempo.
De Tín Marín De Do Pingüé
Es un producto muy versátil, que podemos utilizar como base o lienzo para la inspiración. Se pueden preparar tanto dulces como saladas, pero en Cronas, solo tienen la primera opción.
“Por ahora, solo la cocinamos para que sea reconocida como algo dulce. Relleno y coberturas bien pensadas, buscando no empalagar, que tuviesen bastante carácter y personalidad”, destacó la cocinera con título en el Instituto Culinario de Caracas.
Existen, actualmente, 6 presentaciones:
- Tetra chocolate. Rellena de mousse de chocolate, cubierta con ganache de chocolate, tierra de cacao y sal marina, rebosada en azúcar y cacao
- Limón. Rebosada en azúcar, cubierta de crumble,
- Fresa. Rellena de mousse de fresa, cubierta con gel de fresa y pizas de la fruta deshidratada.
- Maní. Rellena con ganache de chocolate, mantequilla de maní de la casa, cubierta con ganache de chocolate y maní tostado.
- Cheesseberry. Rellena de queso crema de la casa, mermelada de frutos rojos y cubierta de almendras tostadas.
- Parchita. Con glaseado de la misma fruta y rellena de mousse de parchita.
Esta lista resume la promesa de Cronas: una mezcla de sabores y olores pensada solo para los amantes del dulce, pero con paladares exigentes.
“Para llegar a este punto, también invertimos varios meses de ensayo y error que se convirtieron en nuestro pan de cada día”, destacó Alves. “Las combinaciones, después de la masa, fueron lo más importante porque realmente necesitábamos un resultado absolutamente fuera de serie. Inigualable y único en el mercado venezolano. Afortunadamente, lo conseguimos”, recalcó.
La materia prima que usan en la producción consiste en mantequilla de primera, chocolate Franchesqui, chocolate blanco Bitácora, frutas frescas, frutos secos y harina 100% venezolana. De hecho, todos los ingredientes poseen sello nacional.
Con respecto al tema de las cronas saladas, nunca dicen «nunca».
“Eso es un proceso completamente distinto de desarrollo en el que por ahora no hemos incursionado… Eso puede cambiar; corrijo, va a cambiar en algún momento”, rescató.
Un equipo pequeño pero triunfador
Esta historia vio luz gracias a una ex concursante del Miss Venezuela, su esposo empresario y una muy talentosa amiga del instituto con la que compartió sus sueños y visiones culinarias.
En esta ecuación, la fórmula mágica de Cronas no estaría completa sin Víctor Sánchez y Dariela Caro, quienes junto a Sandra son no solo los cofundadores de este negocio sino los únicos que trabajan 24/7, junto a 2 ayudantes de cocina más, para mantenerlo a flote.
Muchos dirían que es un equipo mínimo para tanta exigencia a nivel de producción, pero a sabiendas de lo que se logró construir con el negocio hasta ahora, esta se pinta no menos que como una pequeña gran familia profesional y triunfadora.
Los tres coinciden en una misma premisa: su misión es ofrecer un producto de excelente calidad que haga feliz a la gente.
«Venezuela, a pesar de todo lo que ha venido pasando desde hace tiempo por diversos escenarios como la política o la pandemia, aún es un país de oportunidades y lo seguirá siendo sobre todo por su gente», destacó Víctor Sánchez, empresario de profesión y esposo de Alves. «Nosotros simplemente estamos dispuestos a hacer las cosas bien por nosotros y nuestra gente. El país se lo merece. Merecemos sonreír y ser felices, y qué mejor forma de hacerlo que en compañía de una crona», señaló.
Destacaron que la competencia siempre va a estar presente en el mercado pero, en definitiva, no es algo que les preocupe. «Nosotros somos, ya de por sí, el factor diferenciador por la forma en que están hechos nuestros postres. En el país no hay otra forma de comer dulce como la que ofrecemos nosotros», puntualizó Dariela Caro a su vez.
Esto es un país lleno de gente buena, el material es de primera, y debemos darle la oportunidad de que nos sorprenda más para nosotros poder entregarle mucho más de lo que se merece.
Público cronófilo
Por ahora no son tienda física. De hecho, solo cuentan con un centro de producción que permite llevar a cabo la elaboración de sus pedidos vía pick up o delivery.
«La idea, más adelante, es tener la tienda y, de hecho, expandirnos rápidamente para que pueda llegar a toda Venezuela», destacó Sandra Alves. «Sin embargo, hasta ahora, nuestra mayor publicidad y una que nos ha funcionado muchísimo es el de boca en boca».
Realizan 30 cronas diarias que se dividen entre los pedidos personales y los fijos para algunos reconocidos locales comerciales de Caracas.
Este emprendimiento es una apuesta arriesgada en un mercado súper competitivo pero que apunta directamente hacia aquellos que quieran probar algo distinto y ser feliz en el proceso.
Es explosión, es creatividad, es amor. Todo lo que está detrás de la marca es dedicación, tiempo, sacrificio y experticia…
«Todo lo pensamos en la familia, en el futuro de Venezuela. En siempre buscar lo mejor de lo mejor porque el país y su gente se lo merecen», destacaron los tres cofundadores.
Cronas despierta todos los sentidos y algo que sí tiene claro sus creadores aquí en Caracas es que «son la mejor opción de postre, sin que quepa la menor duda».
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