En la casona de Chuao, en Caracas, donde funciona el Instituto Culinario de Caracas, se revivió la dinámica de El Comedor a cargo del chef Héctor Romero. Este espacio, donde el chef ha cocinado una propuesta de cocina venezolana actual, volvió con dinámicas distintas luego de una pausa de año y medio. Comenzaron de nuevo en marzo, su idea es proponer dos eventos al mes, en los fines de semana que anuncien por sus redes. El próximo lo organizan para el 14 de mayo a propósito del Día de las Madres. “Será un menú dirigido de siete platos como un recorrido por distintas regiones del país”, cuenta Romero.
En este regreso, recuerda, procuran engranar con mayor énfasis esa dinámica al programa de esta escuela de cocina. Mientras atienden a las visitas, quienes allí se forman en este oficio prueban sus destrezas en cocina, sala y organización. “Los muchachos se ocupan de todo y es como una pasantía”, recuerda Romero, que en este regreso también se acompaña de jóvenes egresados, que habían trabajado en El Comedor, han tenido ya experiencia extrafronteras y están de vuelta como Juan Sebastian Pérez y Cristian París. En este retorno pueden plantear platos probados y aprobados allí o nuevos, aprovechando la despensa local y desde la propuesta de cocina venezolana contemporánea que ha sido el sello de este espacio.
*Los eventos en El Comedor los anunciarán por sus redes: @comedoricc
Hay que reservar previamente a través de [email protected]
Está en Chuao, Caracas. Teléfono: (0212) 435 1038.
BUEN BEBER
Miro Popic
Kopke Tawny
Los colores del vino van más allá del blanco, rosado y tinto. El blanco, por ejemplo, puede ser verdoso, amarillo pálido o intenso, dorados, ámbar, pero nunca blanco. De los rosados hay unos tan pálidos como un pétalo de rosa o intensos tonos color salmón. De los tintos, los hay casi negros o claretes como se llamaron los primeros que se hicieron en España. Con los vinos de Oporto ocurre algo más complejo, en los que no reflejan la uva sino el añejamiento y las tonalidades que van adquiriendo con el tiempo. A pesar de ser vinos portugueses, los nombran en inglés: ruby y tawny, llamados así por sus tonos cromáticos que van adquiriendo al paso por madera. ¿Por qué en inglés? Porque fueron los británicos quienes desarrollaron el vino de Oporto luego de pelearse con los franceses que dejaron de venderles vinos de Burdeos.
De aquella época aún sigue un vino de nombre raro para ser portugués: Kopke. Es el más antiguo vino de Oporto y está desde 1638.
Sus creadores fueron dos hermanos alemanes con ese nombre. En su historia pasó por muchas manos y actualmente pertenece a un grupo bancario poderoso ligado a capital venezolano. El Kopke Tawny es un oporto sencillo que ilustra el potencial de los vinos generosos, envejecido en roble, con aromas de vainilla, frutos secos, muy equilibrado, sin mayor complejidad, que funciona como complemento ideal para cualquier postre venezolano, desde un empalagoso bienmesabe hasta uno de chocolate, en el que tanto el vino como la comida se enriquecen mutuamente. Una armonía garantizada que funciona como regla matemática.
Precio: medio
Distribuye: Casa Oliveira
Tfn.: (0212) 238 5380
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