La oferta de pulpo en pescaderías, mercados municipales y bodegones cuando aún no ha finalizado la veda que lo protege podría indicar el incumplimiento por parte de pescadores de todo el país del código de pesca responsable, además de fallas en las tareas de guardería ambiental, responsabilidad de la Guardia Nacional.
Pero también podría pensarse en capturas realizadas antes del 1º de enero, cuando comienza la veda, que finaliza el 30 de junio, explica Luis Walter González, doctor en Ciencias Marinas y profesor titular e investigador de la Universidad de Oriente. En este caso –agrega– quien realiza la pesca debe presentar ante el Instituto Socialista de la Pesca y Acuicultura el registro que indique que la hizo entre el 1º de julio y 31 de diciembre.
González recuerda que la captura de esta especie está regulada por la Gaceta Oficial N° 39017, del 16 de septiembre de 2008, de acuerdo con la cual se requiere de un permiso especial para su pesca y se prohíbe atrapar animales de menos de 400 gramos de peso, lo que a juicio de González debería revisarse.
“Ese peso mínimo corresponde a los juveniles y para su protección es recomendable aumentarlo hasta 1 kilo”, sugiere el investigador, quien recomienda mantener la regulación del aprovechamiento de la especie para lograr una producción sostenible.
González confiesa estar sorprendido por la información proveniente de Caracas según la cual un kilo de pulpo se vende en 30.000 bolívares. “Es un precio muy elevado”, dice el investigador, antes de insistir en la importancia que tiene la labor de guardería ambiental para proteger a la especie, así como la concientización de los consumidores de no adquirirla mientras esté vigente la veda.
¿Más? Aplaude iniciativas como las de Margarita Gastronómica que informa, a través de carteles, en restaurantes y comercios, sobre las temporadas en las que no se deben consumir las especies marinas protegidas.