Pasta, risotto, gnocchi, focaccia, pizza, bruschetta, prosciutto… Si leyendo se le hace agua la boca, ¿qué esperar de su olor y sabor tan característicos? No por nada fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010 por la Unesco. La cocina italiana ocupa un lugar destacado en la gastronomía mundial.
Desde finales del siglo XIX, las sucesivas corrientes migratorias que llegaron a Venezuela trajeron sus platos tradicionales que, rápidamente, se integraron a la idiosincrasia local. Esta es una de las razones por las cuales Il Vecchio Caminetto nació en Caracas. Todo partió del deseo de una pareja de inmigrantes por ofrecer una cocina italiana casera y tradicional, no solo un ristoranti, con un menú honesto y sencillo. De esto han pasado casi 4 décadas y sus dueños aseguran que van por más.
Andiamo!
Il Vecchio Caminetto, su historia
Corrían los años sesenta en una Venezuela que había recobrado la democracia. El país estaba en la mira, sobre todo, de inmigrantes europeos ansiosos de buenas –y gloriosas– oportunidades. Entre ellos, una pareja de jóvenes italianos, emprendedores, con deseos de huir de la guerra y echar raíces en lo que, según se decía, era la Tierra prometida.
Es así como Franca Posenti y Vito Facco comprobaron que Venezuela no solo sería su nuevo hogar sino el país que les permitiría expandir la cultura gastronómica italiana que tanto quisieron enraizar en su país natal sin éxito.
Se abrieron camino en Caracas con la inauguración del restaurante Franca, en la década de los 70, comedor que estuvo durante 13 años en la primera avenida de Los Palos Grandes. Luego con el Tortellino de oro, en la Torre Cavendes de Altamira. Finalmente, dieron el salto a Las Mercedes en 1985 con Il Caminetto, donde estuvieron por 18 años.
Una mala jugada del destino que Víctor Hurtado, gerente actual del local, prefiere no recordar, los obligó a hacer un paréntesis de 2 años. Luego reabrieron sus espacios en la antigua Torre Federal en la Av. Venezuela de El Rosal, donde estuvieron 6 años. Sin embargo, terminaron regresando a La Castellana donde estuvieron por 8 años más, hasta 2020.
«La pandemia lo cambió todo y nos obligó a cerrar puertas de nuevo. En ese instante, nos quedamos no solo sin techo sino sin dueños», recalcó Hurtado, quien tras más de 20 años trabajando con doña Franca y don Vito, pensó que sería el final de un restaurante que se convirtió en su segunda casa.
Afortunadamente, no pasó. Porque, a pesar de que el matrimonio decidió volver a Italia, cansado de tantos obstáculos y con una pandemia que ponía en riesgo la salud de ambos, dejó el negocio en las manos de sus más leales colaboradores quienes, a lo largo de los años, se convirtieron en parte de su familia.
Es así como Il Vecchio Caminetto, ahora, se erige en la segunda avenida con primera transversal de Los Palos Grandes desde finales de 2022.
«La vieja chimenea»
«Cambiamos de nombre, pero no de esencia», destacó Víctor Hurtado al comentar acerca del por qué Il Vecchio cuando la memoria colectiva se inclinaba a recordarlos como Il Caminetto.
«Nos transformamos debido a muchos problemas de los cuales no queremos conversar, no es el centro del por qué estamos aquí, pero seguimos siendo lo que fuimos hace 36 años: comida 100% italiana hecha en casa», recalcó.
El deseo de quienes manejan la marca, entonces, es continuar con su legado. «Es parte de nuestro objetivo hoy día. Francisco ‘Franco’ Salvatore (el maître o jefe se sala), Yamileth Escalante (la chef que llegó al restaurante cumpliendo los 19 años) y yo. Los 3 tenemos alrededor de 30 años involucrados y somos como hijos de Franca y Vito. Ellos cerraron un ciclo tras el covid y nosotros abrimos este nuevo con miras de un futuro prometedor para Il Vecchio Camineto».
Con esta nueva apertura, a su vez, rescataron a casi todo el personal que formó parte de su historia; 24 personas entre los que destacan mesoneros y cocineros que vieron desfilar a personalidades como Joan Manuel Serrat, Julio Iglesias y a los presidentes Rómulo Betancourt y Rafael Caldera por Il Caminetto.
«Nuestra cocina es real, única y a la antigua. Son las mismas recetas de toda la vida y no tenemos intención de cambiarlas», señaló Hurtado. «Además, tenemos a los mismos clientes de siempre que ahora son abuelos o bisabuelos, pero que traen consigo a nuevas generaciones de padres, hijos y nietos. Son casi familia y así es como nos gusta ser reconocidos; a eso se debe lo que somos», manifestó.
Qué ofrece Il Vecchio Caminetto
Considerablemente más pequeño que sus antecesores, y aunque el espacio puede que parezca reducido, caben sentados cómodamente alrededor de 70 personas. Sus paredes blancas y detalles azules transmiten la tranquilidad de cualquier trattoria ubicada en alguna tranquila calle de Perugia.
Lo primero que recibe al comensal tras su luminosa estructura blanca es el olor de la cocina del país de la bota.
En su menú, simple pero muy honesto, como rescata el trío de actuales dueños, destacan las alcachofas a la romana y el trío del chef, una combinación de carpacho de lomito, ensalada capresa y vitel toné. «Los platos íconos del local desde 1985», compartieron.
En materia de pastas, ofrecen un tríptico de tortellis, que incluye los de auyama con salsa a base de mantequilla y salvia, unos de alcachofa y otros de queso al filetto. «Pura tradición», agregaron.
Para Franco Salvatore, la pierna de cabrito es una de las mejores de Caracas, así como también el conejo al horno y platos como el ligadito de pollo a la veneciana o la tripa (mondongo) con tomate y parmesano.
Destacan que, normalmente, sus comensales tienden a inclinarse por los platos hechos al óleo y también por los que contienen mariscos como langostinos, camarones, langosta. «También tenemos el fetuccinni Frank Sinatra, hecho a base de lomito picado, pimentón, crema, tomate y salsa macerada, que es de los grandes favoritos al igual que la Alfredo, el pasticho de berenjena, la pasta neri de langostino y el paté de la casa», enlistó.
En materia de postres, el tiramisú y las peras al horno se llevan la corona.
El maître y la chef
No existe una palabra que describa a Il Vecchio Caminetto. Según Salvatore, es la noción de que su restaurante es la casa de la gastronomía italiana en Venezuela. «Es la universidad que muchos de los locales que nacieron después de nosotros han tenido como ejemplo. Somos un ícono que se mantiene, a pesar de todo, en la memoria del colectivo por nuestra calidad y nos sentimos orgullosos de ello. Es volver al pasado estando en el presente», recalcó.
Por su parte, Yamileth Escalante atesora los momentos en los que comenzó su carrera gracias al restaurante. «Llegué a los 19 años y nunca miré a otro lado. Comencé haciendo postres y ahora soy la encargada de mantener vigente la oferta gastronómica de la señora Franca. Han pasado 25 años y ahora es lo que falta. Esto es mi trabajo y es para toda la vida», acotó.
Mucha gente asume que el Il Caminetto de Sebucán es el mismo que este. «Nada más alejado de la realidad. Aquel se enfoca en comida para llevar y self service, es otro estilo, aunque tengan casi los mismos años activos que nosotros», aclaró Víctor Hurtado ante las posibles confusiones que generan los nombres pues, coincidencialmente, tienen casi el mismo tiempo de fundados. «Somos exclusivos y nuestra carta está pensada por grandes expertos».
Don Vito Facco proviene de una familia de cocineros, pasteleros y panaderos. De hecho, su padre fue cocinero del emperador de Austria y creador del chocolate Baci de Perugia. Doña Franca, su esposa y mano derecha, logró hacerse un nombre en la gastronomía caraqueña por pura vocación.
Aunque estén hoy día descansando en Italia, no descartan regresar a Venezuela para ser testigos de cómo lo que alguna vez fue un restaurante tan concurrido en la ciudad, sigue cosechando éxitos a pesar de no estar involucrados en el proceso.
“Ser parte de esta historia es un privilegio y seguiremos velando por seguir escribiéndola ininterrumpidamente en Venezuela”, concluyeron los actuales representantes
Horarios
Lunes a sábado, de 12 m a 10:00 pm | Domingo de 12 m a 8:00 pm
Precios
Entre 30 y 35 dólares por persona. Incluye: entrada, plato principal, postre y bebida típica italiana como el Aperol o el Campari.