Hoy, Gustavo García debería estar en Chile o viajando hacia el país suramericano para representar a Venezuela en el concurso Best Sommelier of the Americas 2022. Pero no es así. El venezolano –sommelier del restaurante Deessa, en el emblemático Hotel Mandarín Oriental Ritz de Madrid, y uno de los mejores de Latinoamérica– no podrá asistir a la competición: el consulado chileno le negó la visa de turista ¿La razón? Falta de documentación.
Hace dos semanas el venezolano envió los documentos necesarios para solicitar la visa de turista: pasaporte, cuatro fotos fondo blanco, carta de solvencia económica, carta de invitación de una persona natural o una empresa en Chile o reserva de un hotel, y pasaje de retorno al país de origen. García también adjuntó la carta de invitación de la Association de la Sommellerie Internationale (ASI), que organiza el evento, que se realizará del 16 al 20 de febrero, y envió un correo dirigido al cónsul general de Chile en Madrid, Carlos Cornejo Rodríguez, explicando su situación. Sin embargo, la respuesta fue: «No cumple con los requisitos para la visa que postula».
Muchos podrían pensar que se trata de una decisión basada en la nacionalidad de Gustavo García considerando la xenofobia así como el endurecimiento de las políticas migratorias de Chile donde, para 2021, había 455.494 venezolanos censados. Pero el sommelier venezolano no se atreve a asegurarlo. «La decisión me produce mucha indignación y tristeza. Cuando leí el correo me sentí un poco frustrado y triste porque no puedo hacer nada, se escapa de mis manos», dice desde Madrid.
«No quiero pensar que sea porque soy venezolano, pero no creo cumplir con las características de ser un inmigrante para Chile. Tengo un trabajo estable en un sitio muy reconocido, por lo que no tengo pensado emigrar a otro país, simplemente quería ir con la ilusión de concursar y representar a Venezuela», agrega.
Gustavo García no quiso apelar la decisión del consulado por falta de tiempo. La noticia llegó el fin de semana, el Best Sommelier of the Americas 2022 comienza este miércoles y el venezolano está en Madrid. «Son 13 horas de vuelo directo», explica. Sin embargo, la Association de la Sommellerie Internationale está al tanto de lo ocurrido y se puso en contacto con el presidente de la Asociación Venezolana de Sommelier, Leo D’addazio, para expresar su pena y estudiar la posibilidad de hacer algo con el caso. «No creo que se pueda, quedamos fuera mi compañero Leo Gascón, también venezolano, y yo», cree García.
Para el sommelier, las políticas migratorias en Latinoamérica, cada vez más duras para los venezolanos, le están quitando oportunidades a personas talentosas. No obstante, destaca que hay países, como Argentina, donde vive su hermano, en los que los venezolanos son bien recibidos. Aún así reconoce que hay todo tipo de personas entre los migrantes, pero considera que no deberían «meterlos a todos en un mismo saco». «Creo que tienen que evaluar muy de cerca el tipo de personas que va a sus países».
Aunque no sigue muy de cerca la situación de los migrantes venezolanos en Chile, está al tanto de lo que ocurre y le genera mucha indignación. «Me da mucha tristeza el tema de la xenofobia hacia los venezolano en Latinoamérica», lamenta.
El sommelier ha tenido la oportunidad de visitar varios países de Latinoamérica y Europa, y asegura que no ha experimentado un episodio de xenofobia. Al contrario, siempre se ha sentido bienvenido. «En España me siento en mi casa, he tenido una buena acogida por parte de los profesionales en Madrid. En cada sitio al que he ido, me han recibido con los brazos abiertos», dice agradecido.
Esta no era la primera vez que el venezolano participaría en el Best Sommelier of the Americas, pues en 2015 tuvo la oportunidad de representar a Venezuela en el concurso, que en ese entonces también se realizó en Chile. «Fue mi primer concurso internacional representando a mi país», recuerda. El evento reúne a los mejores de Latinoamérica, quienes enfrentarán una serie de pruebas que, generalmente, se viven en el día a día en un restaurante.
Gustavo García comenzó a estudiar cocina en el High Training Educational Institute, en Santa Mónica, Caracas. Allí cursaba una materia llamada Enología, la ciencia, técnica y arte de producir vino, que lo cautivó. «La sensibilidad que hay que tener y la memoria gustativa me fascinó. Para ser cocinero también hay que tener mucha sensibilidad, pero a mí me cautivó más el mundo de los licores y del vino», explica. Decidió iniciar su formación en la Academia Venezolana de Sommelier, donde es egresado de la segunda promoción. «Para ser sommelier también tienes que tener un amplio conocimiento de gastronomía, porque para poder hacer armonías tienes que conocer muy bien los productos», añade.
Su pasión por el vino lo llevó de los mejores restaurantes de Caracas, como Le Gourmet del Hotel Tamanaco, a lugares exclusivos como Le Cinq y L´Atelier de Jöel Robuchon, en Francia, o Quique Dacosta en España. En este último trabajó por un año junto al reconocido chef español, que además es director gastronómico del Hotel Mandarín Oriental Ritz y quien lo recomendó como sommelier. Sin embargo, la decisión no estaba en sus manos, por lo que el venezolano tuvo que demostrar sus habilidades y conocimientos para quedarse con el puesto. «Creo que me seleccionaron por mi experiencia y por los lugares en los que he trabajado», afirma.
La pasión, dedicación y disciplina siempre han sido características en el trabajo de Gustavo García, por lo que considera que las recompensas siempre llegarán. Aunque no pueda representar al país en el Best Sommelier of the Americas 2022, espera que esta situación cree un precedente para que, en futuras oportunidades, se evalúe con mucho detenimiento cada caso particular de quien solicite un visado. «Le doy gracias a Dios por todo lo que he vivido. He estado en sitios de alto lujo, en sitios inolvidables».
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