Hay vinos que son refrescantes, especialmente blancos y rosados, pero ninguno tanto como los verdes de Portugal. Nacieron para eso, y lo que originalmente obedece a una maduración breve de la uva que genera poca concentración de azúcar, luego menor grado alcohólico, se transforma en su principal virtud. Mientras la mayoría de los blancos van de 12 a 13 grados de graduación, en los vinos verdes no supera los 10. Otra característica es la aguja que ofrecen en boca, es decir, esas pequeñas burbujas que alegran el paladar sin llegar a ser un vino espumoso. Por eso son vinos que sirven de inicio a cualquier conversación o reunión y que sacan sonrisas desde el primer sorbo.
Entre los vinos verdes que nos llegan está el Casal Garcia blanco, producido por Quinta Aveleda, la más prestigiosa bodega de la Denominación de Origen Vinho Verde. Procede de cepas (o castas, como las llaman en Portugal) autóctonas, como loueiro, trajadura, arinto y azal, totalmente alejadas de los blancos tradicionales a que estamos acostumbrados. Es un vino de aguja, ligero, afrutado, juvenil e informal, de color verde casi transparente, fresco en boca, cítrico, sutil y sugerente. Un vino ideal para climas tropicales -como el nuestro-, que consumido bien frío es una delicia paladear desde tempranas horas. Sin embargo, pocos lo hacen, especialmente aquellos marcados por el gusto del chardonnay abundante en roble más que en uva. Pero, cuidado, no se dejen engañar por su aparente ligereza, sigue siendo un vino, embriaga.
Distribuye: Casa Oliveira
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