EL TALLER: Sobre ron. Lo dirige Adriana Gibbs, periodista especializada en gastronomía y responsable del sitio web Punto Paladar, y lleva por título Primer encuentro casual con el ron. Es un recorrido teórico y sensorial para aprender sobre el destilado a través de 5 ejes temáticos: La cultura del ron, su cata, sus diferencias, recomendaciones para su consumo y noticias. Son 4 sesiones y en todas habrá cata.
La primera –”El ron, destilado con huella digital”– se realizará el 29 de enero y tratará sobre la historia, elaboración y arte de catarlo; le sigue “Ron venezolano, destilado con DOC”, el 5 de febrero, y se hablará sobre la historia de la bebida en el país y las razones por las que tiene denominación de origen. La tercera sesión, “Ron en disfrute”, el 12 de febrero, se dedicará a 3 estilos del destilado en el Caribe –inglés, francés e hispano– y sus armonías, y la cuarta, “El arte de la mezcla con ron”, el 19 de febrero, incluye ejercicio sensorial, cocteles famosos y de autor, y el ron en la cultura. El taller se ofrecerá en Licores Mundiales, de 4:30 a 7:00 pm. Información: [email protected]
EL INGREDIENTE: El lairén. Llega de Salmerón, localidad mirandina donde lo cultiva Juan Reyna, y nuevamente se incorpora al menú de D.O.C. Restaurante –hasta que finalice su cosecha– en donde se le prepara salteado con ají dulce, en escabeche con pimentón y cebolla, confitado en aceite de oliva con ajo y romero, y cortado en láminas, en ceviches. El tubérculo desapareció de las mesas locales hace mucho, pero sigue siendo valorado, entre quienes lo conocen, por su sabor y por la textura crocante que aporta a los platos en los que se utiliza. ¿Inconveniente? Es muy duro y exige cocción larga para su disfrute. Los cocineros recomiendan cocinarlo con sal, esperar que esté al dente y hornearlo, con más sal y con romero, o freírlo ya cocido para que quede más blando por dentro que por fuera y ofrezca la combinación de texturas. A la venta en D.O.C. Restaurante. Información: (0212) 285 1003
EL MERCADO: En Mérida. Los sábados, a partir de las 5:30 am, se instala un mercado de productores merideños en la perimetral que une La Mucuy Baja con La Mucuy Alta, en Mérida. Allí, de acuerdo con lo que dice Diana Garrido –responsable de la cocina de La Casa del Viento, su restaurante localizado en La Loma de los Suspiros– se ofrecen productos de huerteros locales que no usan agrotóxicos en sus cultivos. Se reconocen por el tamaño de los vegetales que venden –pequeños, hermosos y claramente recién cosechados– agrega Garrido, antes de explicar la razón de estas características: “crecen en medios naturales y no están expuestos a agroquímicos”. La cocinera ofrece más pistas para reconocer a un buen huertero: exponen pocos rubros, saben mucho sobre cada uno de ellos y no tienen reparos en dar consejos acerca de la manera de usarlos.
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