La mayoría de las frutas cuentan con un alto contenido de agua, lo que las convierte en una opción imprescindible a la hora de asegurar unos niveles óptimos de hidratación para nuestro organismo.
La doctora Sari Arponen, experta en microbiota y miembro del equipo científico de Nutribiótica, suele decir que «la fruta es la golosina de la naturaleza» y anima a optar por frutas propias de la estación estival, evitando los productos ultraprocesados que suelen ser especialmente consumidos durante las vacaciones.
Determinadas frutas de temporada son especialmente recomendables para mantener nuestra microbiota en equilibrio al ser ricas en nutrientes y contener una gran variedad de vitaminas y compuestos con capacidad antioxidante. Estas son algunas de ellas.
Frutos rojos
En verano se encuentran en su punto óptimo de maduración. Presentan un alto contenido en antioxidantes como vitamina C.
Melón y Sandía
Son las frutas del verano por excelencia dado que contienen una porción significativa de agua en su composición, lo que hace de ellas una opción ideal para reducir el riesgo de sufrir un desequilibrio hídrico. También son ricas en antioxidantes y si se ingieren en forma de postre pueden mejorar la digestión.
Melocotón
A pesar de que hay gente que sufre de alergia a su piel, es uno de las frutas con mejor aceptación. Presentan un carácter marcado antioxidante. Lo ideal es consumir el melocotón entero, y evitar el consumo de su variedad en almíbar dado que añade demasiados azúcares que son perjudiciales para la salud metabólica.