Si de bocados navideños se trata, el panettone es uno de los imperdibles. No es colombiano, pero en el país se consume a la par -no en la misma cantidad, eso sí- de las natillas y los buñuelos.
El original, que procede de Milán (Italia), es rico en pasas y frutas confitadas; aunque con el tiempo, este pan dulce ha ido adquiriendo los matices locales de donde lo preparan.
Por ejemplo, en Colombia hay panettones de pistacho, con trozos crujientes y glaseado de almendras con salsa de pistacho; hay de masa de café con chocolate blanco, glaseado de almendras y salsa de caramelo, y de chocolate con avellana, preparado con masa de chocolate, glaseado de almendras y cocoa con salsa de avellanas.
Una tradición centenaria
Panettone significa ‘pan grande’ y es una derivación de panetto, que es ‘pan pequeño’. En Italia es una de las recetas dulces más conocidas y que protagoniza una rivalidad eterna con el pandoro, más mantecoso y sin rellenos.
Estos dos iconos de las gastronomía navideña italiana no faltan en las mesas de las casas italianas. Esta «competencia» navideña sobre cuál de estos es mejor es tan antiguo como los propios dulces, aunque casi todos coinciden y el panettone suele ganar la partida.
«La proporción de panettones y pandoros que vendemos es de 10 a 1», comentó Roberto Cantiani, pastelero en una repostería del centro de Roma. «Hablamos de 4.000 panettones y unos 500 pandoros».