En Ucrania se presentó un escándalo a raíz de una niña influencer de 8 años, quien dio a conocer su relación con un adolescente (13 años).
El anuncio lo hizo por medio de sus redes sociales. Esto ha dado pie a todo tipo de polémica e indignación, especialmente por el tipo de imágenes que ha compartido la «pareja», dado que muchos consideran esto contenido inapropiado para su edad.
Ante la controversia, varias imágenes de la menor junto a su «novio» fueron eliminadas. Aún así, la madre de Milana, quien además de progenitora es la encargada de las redes de su hija, manifestó en una publicación que no ve nada malo en la «relación» y que «esta es su vida y lo resolverán por su cuenta».
Ante la actitud de la madre, se han pronunciado voces de expertos.
Anna Maliar, abogada ucraniana, compartió una publicación en su cuenta de Facebook diciendo que «la madre de Milana (la niña ‘influencer’) convirtió a una niña de ochos años en una mujer seductora para los pedófilos (…) esto es una invasión al desarrollo normal de la sexualidad de los niños, los cuales podrían ver esto y tomarlo como ejemplo».
El gobierno ucraniano también tuvo voz en medio del escándalo.
En ese sentido, Ígor Mosiichuk, periodista y expolítico ucraniano, realizó una publicación en su cuenta de Facebook comentando: “Esta historia merece la intervención inmediata de la Policía Nacional, las agencias de cuidados del Estado y del público en general (…) debería considerarse la privación de los derechos paternales de la madre de Mila».
El gobierno ucraniano también tuvo voz en el escándalo.
Por medio de Nikolái Kuleba, Defensor del Menor de Ucrania, el Ejecutivo de ese país aseguró que ya se puso en contacto con la Fiscalía General, el Ministerio del Interior y las autoridades locales para tomar cartas en el asunto.
Según el medio local Vgorode, la policía ucraniana interrogó a la madre de la menor y le abrió una causa penal por recolección y distribución de material incitatorio a la pornografía infantil.
Otros usuarios de redes sociales también se pronunciaron frente al tema.
«Daria (madre de la menor) sexualiza a su propia hija para conseguir dinero (…) El problema de los niños modelo, los niños que participan en concursos de belleza es que se han convertido en víctimas de la industria del entretenimiento», indicó Gerda Weber mediante su cuenta de Facebook.
Este, lamentablemente, no es un tema nuevo.
Se han conocido varios casos de menores de edad utilizados por la industria audiovisual o digital con fines de sexualización. Hay criticas centradas, por ejemplo, en ciertos certámenes infantiles o en las apuestas cinematográficas que exhiben a los menores en situaciones inapropiadas.
En este momento, el caso de la niña influencer en Ucrania sigue bajo investigación de las autoridades.
La defensa de los derechos de los niños en el mundo
En su manual «La seguridad de los niños en línea», el Centro de Investigaciones Innocenti, de la UNICEF (organismo dedicado a la defensa de los niños en todo el mundo), menciona que: «No cabe duda que Internet brinda numerosas oportunidades y beneficios para los niños y niñas, dada la influencia que ejerce sobre su nivel educativo y su inclusión social. No obstante, también los ha expuesto a peligros que trascienden los límite de edad, la localización geográfica y las fronteras más claramente delineadas del mundo real».
En el caso de Colombia existe una clara normatividad sobre delitos relacionados con contenidos de explotación infantil.
De acuerdo a la ley 599 de 2000, del Código Penal Colombiano, el artículo 218 dice que: «El que fotografíe, filme, grabe, produzca, divulgue, ofrezca, venda, compre, posea, porte, almacene, trasmita o exhiba, por cualquier medio, para uso personal o intercambio, representaciones reales de actividad sexual que involucre persona menor de 18 años de edad. Igual pena se aplicará a quien alimente con pornografía infantil bases de datos de Internet, con o sin fines de lucro».
En ese sentido, lo sucedido con la niña influencer ucraniana podría considerarse, en Colombia, como un delito relacionado con contenidos de explotación infantil.