El tequeño fue declarado Patrimonio Cultural de Venezuela.
«Que lo sepa Raimundo y todo el mundo: el tequeño es una delicia gastronómica de los Altos Mirandinos. Se ha ganado un lugar en el corazón de los venezolanos y ahora es oficialmente parte de nuestro patrimonio cultural», reveló este jueves el ministro de Cultura de Nicolás Maduro, Ernesto Villegas, en sus redes sociales.
En un audiovisual publicado en la red social, además, destacó que tendrá, «el placer, el honor de firmar, en estos segundos el certificado de inscripción del tequeño como bien de interés cultural de la nación venezolana. Que viva el tequeño, que vivan Los Teques, los Altos Mirandinos, que viva la identidad y la diversidad cultural de Venezuela y su hermosa y deliciosa gastronomía».
Sobre el tequeño y sus orígenes
Harina de trigo, agua, mantequilla, huevo, queso y sal. Estos son los cinco ingredientes que bastan para elaborar una de las recetas venezolanas que más éxito está teniendo en los últimos años. El tequeño puede ser consumido como aperitivo, entrante, acompañamiento o merienda. Está presente, junto con las bolitas de carne y huevos de codorniz, en todas las fiestas y reuniones venezolanas.
Es el consentido de la mesa, tanto así, que se dice que «fiesta donde no hay tequeños, no es fiesta».
No existe una teoría común acerca del origen. De hecho, los historiadores ni siquiera consiguen ponerse de acuerdo con la ubicación geográfica en la que comenzó esta receta. Existen diferentes hipótesis, las más importantes son las relacionadas con Los Teques, Villa del Rosario y Caracas.
En Los Teques era habitual que las familias adineradas pasaran sus vacaciones. Se dice que una de las cocineras de estas familias, de origen tequeño, realizó un pequeño aperitivo de queso con los restos de la masa de un pan casero. En su honor, le pusieron este nombre y la receta fue haciéndose cada vez más popular.
Otra hipótesis señala a un italiano residente en Villa del Rosario a principios del siglo XX, donde la combinación del queso, un ingrediente básico en la alimentación de esta región, y su interés por freír todo dieron lugar a esta receta.
Por último, están los que sitúan el origen de los tequeños en la capital del país. Existe otra teoría, aunque menos popular que las anteriores, que habla sobre conspiraciones y suburbios. En el siglo XIX, en el barrio El Teque, un pandillero trató de ocultar sus negocios por este lugar alegando que estaba comprando pastelitos de queso.