Superada la crisis de la partida de la Corona, el único obstáculo que pareciera separar a Meghan Markle y al príncipe Harry de la ansiada libertad es su seguridad física. Y es que ahora la pareja deberá pagar por su cuenta los 1,3 millones de dólares anuales que implican su protección las 24 horas.
Se trata de un asunto polémico porque ese dinero saldría de los impuestos de los ciudadanos del país en el que se encuentren, en este caso, Canadá. Esto, porque tampoco se sabe cómo se distribuirían los gastos con el Reino Unido.
De acuerdo con el diario británico The Telegraph, Meghan Markle y el príncipe Harry ayudarán a pagar por el costo de la seguridad en los compromisos privados. Es decir, aquellos eventos que no estén relacionados con actividades reales. La colaboración se ofrece bajo la condición de que las cuentas de los duques de Sussex sean un éxito.
El equipo de seguridad está formado por, al menos, seis oficiales de protección real del Reino Unido, aunque en el futuro la tarea dependerá principalmente de la Real Policía Montada de Canadá. El asunto se dificulta porque 80.000 canadienses firmaron una petición exigiendo que los contribuyentes no tengan que costear la seguridad mientras la pareja resida allí.
El príncipe Harry es un blanco de alto riesgo. El ex miembro de la familia real sirvió en dos ocasiones al Ejército británico en dos viajes a Afganistán. «Tiene derecho a una protección adecuada en cualquier ocasión», dijo un ex policía de alto rango a The Telegraph.
La pareja no parece preocupada por el rumbo de su fortuna. Todo lo contrario. Netflix confirmó su interés en trabajar con ellos para hacer documentales de los temas favoritos que circulan por los pensamientos de Meghan y Harry.
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