El venezolano Enrique Limardo Moncada era el cocinero de sus amigos. Se enamoró de la gastronomía gracias a las recetas mantuanas de su abuela y cambió los planos de arquitectura por los utensilios de cocina. Ahora, su restaurante Seven Reasons, ubicado en Washington DC, es considerado el mejor de la capital estadounidense, de acuerdo con la crítica gastronómica de The Washington Post.
El amor por la cocina, según Limardo, comenzó desde pequeño. Recuerda las reuniones familiares de los domingos y los platos mantuanos que su abuela preparaba. «Siempre me lamía las paletas. Ella me consentía mucho», dice el caraqueño, quien descubrió en la gastronomía una forma de transmitir felicidad. «Encontré una vía de comunicación en la comida», asegura.
Limardo comenzó estudios en Arquitectura Industrial. Sabía que su pasión estaba en la cocina, pero quería complacer a su padre con una carrera universitaria. «Me encanta el arte y mi mamá es arquitecto. Así que llevé las dos cosas en paralelo, hasta que decidí dedicarme a la gastronomía», cuenta.
Durante dos años, el venezolano estudió un posgrado de Gastronomía en Barcelona, España. Venezuela, México y Barbados son algunos de los lugares en los que trabajó.
En Caracas, algunos lo recuerdan por el restaurante Paprika, ubicado en Lomas de La Lagunita, y Yantar, que funcionó durante años en la Cuadra Gastronómica de los Palos Grandes.
La situación de Venezuela no le permitió a Limardo, de 44 años de edad, continuar con su emprendimiento en el país, pero sí le permitió abrir los dos grandes locales que lo consolidarían como un importante chef: Alma Cocina Latina y Seven Reasons.
Enrique Limardo llegó a Estados Unidos con la mente en Venezuela y el paladar repleto de sabores criollos. Para él, la cocina venezolana está llena de elementos positivos. «Es muy particular, divertida y rica. Está influenciada por muchas culturas. Es dulce, amarga, salada, ácida y picante al mismo tiempo», dice el cocinero.
Alma Cocina Latina abrió en Baltimore en el año 2015. «Es un restaurante de inspiración venezolana, pero con culturas de Suramérica», explica el chef, quien ofrece en el local versiones particulares de arepa, cachapas, variaciones del asado negro y de carne mechada, entre otros platos.
Sobre la receptividad, Limardo confiesa que el primer año fue muy duro. En Baltimore no se conocía, ni se entendía la comida latinoamericana. «Fue un tiempo de experimentación y de educar, de explicar qué era esta comida», relata el venezolano, quien asegura que ahora la ciudad se mimetizó y en sus calles de habla de cocina colombiana, argentina, entre otras.
El éxito de Alma Cocina Latina se confirma cuando en 2016 la revista Baltimore Magazine nombra a Limardo el Mejor Chef de la ciudad. Un año después, el local se ubica en el puesto 8 del top 10 de Mejores Restaurantes de la localidad, según The Baltimore Sun.
Inspirado en las polleras venezolanas, Limardo se unió a otros socios para crear en Washington DC, Chicken + Whiskey, una oferta de pollo a la brasa con guiños a varias regiones latinoamericanas. Allí utilizan hornos al estilo peruano, y se sirven desde arepas de chicharrón y reina pepiada hasta caraotas negras y yuca frita.
Su trabajo en Alma Cocina Latina y Chicken + Whiskey fue la base para que Limardo diera un paso adelante e inaugurara, junto con el argentino Ezequiel Vázquez, su mejor local hasta el momento: Seven Reasons.
«Se trata de una cocina moderna, fundamentada en sabores venezolanos, pero que experimenta con otros sitios del mundo», dice Limardo sobre este local, ubicado en Washington DC.
El crítico gastronómico Tom Sietsema, de The Washington Post, elogia el ambiente de Seven Reasons, repleto de vegetación en sus tres pisos. Según el venezolano, la intención es que sus comensales se transporten a lugares distintos. «Quiero que, una vez que pisen el lugar, se desconecten de los problemas de la ciudad. Es una fiesta, una celebración gastronómica acompañada de música y cultura latina», asegura.
En Seven Reasons también se come venezolano. El plato favorito de Enrique Limardo es el cordero con salsa de curry y coco y palo a pique. «Está inspirado en el chivo de coco y en el plato típico llanero. Los junté e hice una interpretación con arroz negro asiático y salsa criolla», detalla el chef.
Arepas doradas con queso, ravioli de plátanos rellenos de raya, tostada de pez espada con mango verde y semillas de sésamo, y pulpo frito con cenizas de cebolla y ají amarillo líquido son otros de los platos que se ofrecen.
A diferencia de lo sucedido con Alma Cocina Latina, la receptividad de Seven Reasons, en palabras de Limardo, fue increíble. «Sabíamos que sería bueno porque hicimos una investigación. Pero no esperábamos que nos nombraran el mejor de la ciudad”, confiesa sobre la noticia de The Washington Post.
El anuncio del diario estadounidense se hizo mediante una campaña de intriga. Cada día, Sietsema revelaba el nombre de un restaurante. «Fue un viacrucis. Soltó uno por uno y cuando leímos el final, brincamos de alegría. Es un logro histórico», revela Limardo, quien considera este logro como el más grande de su carrera profesional.
Para el caraqueño, estos reconocimiento representan un compromiso moral con Venezuela. «Hay una presión porque la gente espera calidad de mí. Hay que trabajar para mantenerse, eso es lo más importante», dice.
En Seven Reasons, el chef cuenta con un equipo de venezolanos, americanos, turcos, italianos, árabes y personal de otras nacionalidades.
Enrique Limardo está por abrir otro restaurante en Washington DC, pero no deja de lado sus raíces y amor por la cocina criolla. «El movimiento gastronómico en Venezuela está en franco crecimiento. Ahora todos miramos hacia adentro, al rescate de recetas y sabores. De las carencias salen buenas ideas, pero le hace falta exposición, que la economía permita más flexibilidad a la hora de conseguir productos», comenta el chef, contento por la propuesta de los food trucks en el país: «Así se conoce mucho la cultura de una sociedad y los sabores de calle de una ciudad».
Beto Puerta, Francisco Abenante y Víctor Moreno son los cocineros venezolanos a los que considera hay que seguirles la pista. Según él, tienen interesantes propuestas.
Cinco años han pasado desde que Limardo vino a Venezuela por última vez. Sin embargo, espera visitar su país pronto y reconectarse con los sabores autóctonos que, desde su infancia, lo enamoraron.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional