Si usted es de los que se gozan estas fiestas sin ningún tipo de restricción, tiene que saber que el precio que se paga por la comida decembrina se mide en términos de sobrepeso y, según algunos estudios, este bordea los 5 kilos.
Hallacas, natillas, perniles, cremas, postres y, por supuesto, alcohol hacen su aparición por estos días, como una especie de comparsa que invita a que se consuman bajo la premisa de que la época es para eso. Así de simple.
El problema viene después porque al terminar las festividades y cuando los cachetes, papadas y rollos se tornan inocultables aparecen el arrepentimiento, los sentimientos de culpa y el lanzamiento al aire de propósitos que en pocas semanas dejarán de tener sentido.
Y justo aquí es donde aparecen las dietas empíricas, la echada de mano a productos milagrosos y una tendencia silenciosa a buscar cirujanos que quiten el peso sobrante de una vez por todas.
Lo curioso es que esto se repite de manera cíclica cada año. Al parecer, como fruto de la obnubilación que producen las luces navideñas, los sonidos de los villancicos y la comida siempre sobre la mesa.
Y, aunque todo esto está bien, para no caer en reiteraciones golosas, aquí van algunos consejos descritos por los expertos y así evitar que las extralimitaciones de la época le pasen una factura que se acumula en el vientre.
1. Ejercicio.
Los excesos calóricos que provienen de la comida, según el endocrinólogo Iván Darío Escobar, expresidente de la Fundación Colombiana de Obesidad, solo se pueden contrarrestar después de que están instaurados con una buena dosis de actividad.
Según el experto, en estas fiestas se debe reservar diariamente un espacio para hacer ejercicio. Levantarse más temprano y realizar una actividad aeróbica, es decir, que genere movimiento (caminar, trotar, correr, nadar, montar en bicicleta, bailar), al menos 40 minutos, mínimo 4 días a la semana.
Si a lo anterior se le agrega alguna actividad de resistencia para mantener los músculos tonificados, se obtendría una ventaja metabólica favorable. “Sin ejercicio no se pierde un gramo”, remata Escobar.
2. No ayune ni aguante.
La nutricionista Nohora Bayona recomienda que por más que se piense que durante el día se van a ingerir más comidas de lo normal, el desayuno no puede pasarse por alto, y mucho menos evitar la comida por largos períodos. La idea, dice, es evitar llegar a las reuniones con hambre, en razón de que, después de un ayuno, el primer bocado dispara un tipo de insulina que trata de meter todo el azúcar dentro de las células, lo que impulsará a comer más y, a veces, hasta con ansiedad.
“Picar durante el día frutos secos, queso, verduras o frutas enteras bajas en azúcar en pequeñas cantidades hará que cuando la gente se enfrente a la comida en la mesa esta le parezca menos llamativa”, aconseja Bayona.
3. Despacio con la comida
Todo bocado hay que masticarlo bien, además de que los alimentos deben consumirse despacio, porque, según Gabriel Robledo, presidente de la Asociación Colombiana de Obesidad, en esta forma se activa el mecanismo de la saciedad.
Robledo explica que cuando los alimentos llegan al estómago mandan señales al cerebro para avisarle que la persona está comiendo, de tal forma que se activa una hormona que indica que se ha llegado a la saciedad. “De ahí que hay que comer despacio si se quiere regular el peso”, dice Robledo.
4. Agua
La recomendación es simple. Antes y después de las comidas hay que tomar agua. Además de que mantenerse hidratado evita la tendencia a tomar bebidas azucaradas, también se ha demostrado que la saciedad que produce el agua es un factor para que la gente coma con moderación.
5. Evite las salsas con la comida
Todas las salsas para acompañar ensaladas o algunas comidas tienen una carga extra de calorías que se combaten evitándolas o aderezando solo con aceite de oliva.
6. Diga no a las frituras
Muchos alimentos que acompañan las fiestas de fin de año son fritos, y por eso hay que preferir los horneados. No incluya las grasas saturadas, que se ingieren como un componente más de su dieta normal.
7. No coma tanto pan
Aunque es muy difícil prescindir del pan por esta época, sobre todo el de jamón, en caso de que lo logre hay que saber que esa sola medida es de las que más ahorran problemas y excesos de calorías, según la nutricionista Bayona.
8. Ropa ajustada
Se ha comprobado, según Gabriel Robledo, que ponerse la ropa ajustada por esta época hace que la gente se sienta llena incluso antes de que empiece a comer. De ahí que debe procurar evitar la ropa ancha, que le da mayor libertad para ingerir cosas.
9. Cero bebidas endulzadas
Las bebidas industrializadas, saborizadas y con azúcar deben quitarse de las mesas navideñas. Infinidad de estudios, según Iván Darío Escobar, han demostrado que solo aportan calorías vacías que fácilmente se convierten en grasa que se acumula en el cuerpo. Llegado el caso, prefiera el agua.
10. Limite los postres
Es imperativo, dice Bayona, moderar este consumo en razón de que muchos de ellos tienen como base azúcares, otros carbohidratos y endulzantes artificiales que, además de acumular calorías, estimulan a que la gente ingiera más.
Y la ñapa: moderación con el licor
Aunque lo ideal sería brindar sin alcohol, lo cierto es que la época parece una invitación al consumo de bebidas alcohólicas, frente a las cuales lo único que hay que tener en cuenta es la palabra «moderación», no solo por los efectos que tiene en el sistema nervioso, sino que el alcohol sin duda es una fuente significativa de calorías.
Robledo remata diciendo que es mejor alejarse de las personas que consumen tragos en exceso para evitar la tentación de acompañarlas.