LIFE STYLE

Dieta vegana en la infancia y la adolescencia: instrucciones de uso

por Avatar The Conversation

Actualmente, 15% de los europeos se consideran veganos, y las cifras van en aumento. La evidencia científica sobre los beneficios de excluir los alimentos de origen animal en adultos viene dada sobre todo por estudios observacionales en los que se relaciona esta práctica con la incidencia de las dolencias crónicas degenerativas, como la obesidad, la enfermedad cardiovascular, la diabetes tipo II o el cáncer.

Sin embargo, durante la infancia y adolescencia hay un mayor riesgo de que estas dietas se queden cortas, dado que los requerimientos de energía y nutrientes son mayores en relación al peso corporal por las necesidades del desarrollo y el crecimiento.

Evidencias y controversia

Lo cierto es que revisiones sistemáticas de estudios observacionales no han encontrado alteraciones importantes en el peso y la talla de niños y adolescentes vegetarianos y veganos.

No obstante, se necesitan más trabajos sobre otros indicadores que reflejen el estado corporal de nutrientes como hierro, calcio, zinc, selenio, yodo, retinol, y vitamina D, entre otros. Porque, en general, el número de investigaciones con personas de corta edad para valorar los efectos del veganismo sobre su salud es mucho menor que en el caso de los adultos.

Por todo ello, entre las sociedades científicas y de profesionales sanitarios aún existe controversia sobre la idoneidad de estas dietas para los menores. Especialmente en la primera infancia, es decir, hasta los dos años.

El menú más completo

¿Y qué alimentos debe incluir un menú vegano que cubra las necesidades nutricionales durante la infancia y la adolescencia? Vayamos nutriente por nutriente:

Lagunas nutricionales

Pero no todos los nutrientes se obtienen fácilmente con una dieta vegana. La primera y conocida excepción es la vitamina B12, ya que no existen fuentes confiables en los alimentos de origen vegetal, aunque estén fortificados. Todos los veganos a partir de los seis meses de edad deben tomar un suplemento de ese compuesto.

Además, si la exposición solar no es suficiente, puede haber deficiencia de vitamina D. Entonces, se debe considerar la suplementación con vitamina D3 vegetal, procedente de líquenes.

Por último, por su papel fisiológico en el desarrollo psicomotor y de la visión, la evidencia científica disponible señala que incluir una fuente vegetal de omega-3 DHA procedente de aceite de microalgas puede ser recomendable hasta los dos años.

Conviene recordar que cualquier patrón dietético puede ser poco saludable y/o nutricionalmente incompleto, incluido el omnívoro. La opción vegana no es una condición necesaria para estar mal alimentado.

Además, la elección de esta dieta por parte de las familias va mucho más allá de motivos de salud o medioambientales: es una expresión de su forma de vida. Por ello, es importante que los profesionales sanitarios estén familiarizados con sus puntos clave para poder asesorar a las familias y que sus comidas no sean solo sanas, sino nutricionalmente suficientes y sostenibles.The Conversation

Iva Marques Lopes, Profesora Titular de Nutrición, Universidad de Zaragoza

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.