La obesidad y el sobrepeso suelen ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas. Estos problemas de salud se caracterizan por la acumulación anormal o excesiva de grasa en el cuerpo humano.
La Organización Mundial de la Salud afirmó que ambas condiciones configuran una epidemia y por esta razón se estableció el 12 de noviembre como el Día Mundial contra la Obesidad para prevenir y revertir estas dolencias.
No es lo mismo padecer sobrepeso que obesidad; ambas condiciones conllevan problemas de salud y posibilitan la aparición de otras enfermedades. En el caso del sobrepeso, se eleva el colesterol total y la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades del corazón. En tanto, la obesidad aumenta seriamente las probabilidades de riesgo cardiovascular severo, en especial, presión arterial alta, colesterol elevado y diabetes.
Esto puede resultar en enfermedades cardiovasculares, problemas en las articulaciones y algunos cánceres, y es la razón por la que cada año mueren 2.8 millones de personas en todo el mundo.
Para determinar si una persona encuadra en alguna de estas descripciones existe el Índice de Masa Corporal, IMC. Este criterio de cálculo es ampliamente aceptado, incluso cuando no puede considerarse exacto ya que no tiene en cuenta la edad, el sexo y el porcentaje de grasa corporal en relación con la masa muscular.
El IMC se obtiene al dividir el peso de la persona por su estatura al cuadrado. Se considera que aquellos que obtienen como resultado entre 18,5 y 24,9 tienen un peso normal; entre 25 y 29.9, sobrepeso, y más allá de 30, obesidad.