Muchas personas sostienen que el amor entra por los ojos, y parece que hay evidencia para respaldar esta creencia. La atracción física entre dos personas, a menudo intensa al inicio de una relación, puede ser la chispa inicial que encienda la llama del amor. Sin embargo, esta llama puede no ser eterna. La duración de este deseo inicial varía, pero generalmente se mantiene intensa durante los primeros años de relación.
El deseo íntimo o atracción física es un impulso natural que fomenta encuentros cercanos e íntimos entre individuos. Esta atracción no es sólo una respuesta superficial, sino que está influenciada por factores psicológicos, genéticos, sociales y culturales. Detalles como la voz, el aroma o el estilo de una persona pueden jugar un papel crucial en la percepción de su atractivo físico.
Luis Ramírez, psicólogo consultado por el periódico La Estrella de Panamá, explica que la atracción física se manifiesta de forma muy intensa en la fase inicial de cualquier relación sentimental.
“La luna de miel es una etapa necesaria en las relaciones emocionales o afectivas entre personas. Es la fase más emocional en la dinámica de las parejas. Este período afianza los vínculos al inicio de la relación y está caracterizada por omitir las faltas de la otra persona y maximizar sus virtudes que, en sí, lo que se debe tener para comenzar una relación, sin esta fase, las personas no llegarían al enamoramiento”, afirma Ramírez.
La atracción física intensa, aunque pueda parecer inagotable al principio, suele durar entre uno y tres años. Tras este período, el cerebro se adapta y reduce la producción de neurotransmisores como la adrenalina, la dopamina y la serotonina, lo que resulta en una disminución de la atracción inicial. Sin embargo, el tiempo de duración puede variar significativamente según otros factores como la conexión emocional y los cambios en la rutina de la pareja.
Claves para mantener la chispa viva
Evitar caer en la rutina es crucial para mantener la atracción física en una relación a largo plazo. Introducir novedades y experiencias compartidas puede reavivar la chispa y fortalecer el vínculo emocional. Esto no solo estimula la producción de neurotransmisores relacionados con el placer y la emoción, sino que también ayuda a mantener viva la pasión.
Aunque la atracción física pueda ser un buen inicio para una relación, no es suficiente para garantizar su duración indefinida. La creación de una conexión emocional profunda y el esfuerzo constante por mantener la relación interesante y dinámica son esenciales para una unión duradera y saludable.