La comida también es parte de la vida de la corona británica. No todo pasa por escándalos familiares ni por manjares extravagantes de otras culturas: a ellos también les encanta sentarse a disfrutar sus platos favoritos, simples, caseros y con sabores que el paladar reconoce desde la infancia. Hace unas semanas, el famoso chef Darren McGrady, cocinero de la familia durante quince años, reveló el antojo dulce que conmueve a Kate Middleton.
Se trata del budín de caramelo. Con una textura similar a la del budín de pan, pertenece a los clásicos de la gastronomía británica. Se lo denomina «sticky tofee pudding», es decir, un budín de caramelo «pegajoso» que se elabora con una masa húmeda repleta de dátiles y se cubre con una salsa de caramelo de una consistencia más densa que la que se suele usar en nuestro país. Se sirve siempre con helado de crema americana o con crema.
El postre encaja a la perfección con la personalidad de la princesa Kate, que parece ser una mujer sensata y prudente, 100% británica que no se deja llevar por platos de sabores empalagosos sino que prefiere un dulce clásico y elegante de su tierra natal.
La reina comparte el gusto por el budín de caramelo para los días de frío, pero, de acuerdo con McGrady, Isabel II pierde la cabeza por el chocolate. Así como adora algunos sabores, rechaza otros como el ajo y la cebolla, más que nada por los efectos secundarios en el aliento. Para la noche prefiere un maravilloso té-cena y un plato con sándwiches de pepino, salmón ahumado, huevo y mayonesa, además, claro, de una taza de té.
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