Esos oficios descritos con lenguaje florido y directo me encantan: el ama de llaves. Somos el ama de llaves de nuestro mundo interior, así como el guardián de las llaves de la casa, empresa, templo y todo lo que merezca ser resguardado. Viéndolo así (el tema del mundo interior) invitamos a las personas elegidas, así como podemos elegir no dejar pasar a otras.
Como diría Cantinflas “ahí está el detalle”. Hoy quiero recomendarte una manera simple de vivir con optimismo: decidir cuidadosamente de quién recibes las noticias y cómo las recibes.
Tratemos de elegir (en el caso de las noticias) las que la intuición nos muestre como imparciales o menos sensacionalistas. Y dedicar el tiempo para leer e interpretar. El mundo es muy grande para aglutinarlo en un trino. De hecho, hay un afán de agrandarlos, alargarlos, hacer hilos y costuras en redes sociales.
Descubramos que podemos protegernos de imágenes y noticias desgarradoras. Imagínate rodeada de una aureola protectora (sí, como las imágenes de los santos), pero que deja pasar información filtrando los detalles emocionalmente negativos, volviéndonos sensibles al miedo, enojo y frustración o el irresistible deseo de responder al odio o a la crueldad con más de lo mismo.
Esta es una pequeña estrategia para mantenernos informados y en paz.
Intentemos rediseñar, redecorar la vida a nuestro gusto, con criterio sobre qué partes del mundo dejarías que formaran parte del tuyo propio. Infórmate de lo que pasa en el mundo, sólo que con tus propias reglas.
Si eres adicto a las noticias, por ejemplo, además de ponerte mascarillas para protegerte del coronavirus, ocúpate también de la paz de tu alma, la oración que genere ecos cerebrales de bienestar. Porque lo grave es la muerte del alma.
#quetodosseamosUNO