Reparar el cabello dañado para que luzca espectacular, sedoso y manejable resulta muchas veces una tarea ardua para las mujeres. La exposición al sol, el uso frecuente de secadora, laciados permanentes, decoloraciones, entre otros, son las principales causas que hacen que se vea esponjoso, opaco y con puntas abiertas.
La falta de hidratación y el someterlo a procesos de agresión sin un tratamiento adecuado solo hacen que sea más frágil, teniendo como resultado una melena seca. Sin embargo, así sea liso, rizado, ondulado, teñido o graso, siempre se le podrá devolver el brillo natural con una correcta rutina que incluya limpieza y nutrición.
Una de las principales características de un cabello dañado, seco o reseco es el frizz, volumen fuera de control y poco brillo.
¿Qué cuidados tener para que luzca saludable?
La nutrición es clave en la rutina de cuidado del cabello, pues ayuda a reconstruirlo hidratándolo y logrando que no se vea opaco. Aquí una rutina de tratamiento que se puede seguir fácilmente dependiendo del daño que se sufra:
Cabello seco: son aquellos que sufren pocas agresiones por la exposición a elementos agresores de playa o piscina, el uso del secador y difusor. Presentan frizz y no tienen brillo.
Para este tipo de cabellos se recomienda utilizar diariamente un shampoo y acondicionador específico y una máscara reparadora una vez por semana. Si se desea, además, reducir el volumen y el frizz, se debe incluir una crema para peinar y un óleo reparador.
Cabello muy seco: son aquellos que sufren agresiones constantes por el uso del secador, difusor o plancha. No tienen brillo, presentan frizz y volumen excesivo.
Para este tipo de cabello es recomendable utilizar diariamente un shampoo y acondicionador específico más una ampolla de dos a tres veces por semana. Para un mejor resultado se debe incluir también crema para peinar y un óleo concentrado, productos que proporcionarán una nutrición más profunda.