«Chama, vamos a subir a La Cuadra. Me dijeron que habían reabierto El Tizoncito. Allí preparaban la mejor comida mexicana de Caracas». La muchacha que, caminando apresurada conducía a su amiga hacia su destino, subía las escaleras desde el Trasnocho Cultural. Se dirigían al Nivel Paseo donde quedaba aquel escondido rincón mexicano, honesto en precios y sabor, famoso durante más de 40 años gracias a sus fajitas, burritos, flautas, guacamole y tamales.
Detrás de cada lugar que cierra en la ciudad hay un relato y muchos rumores. La fantasía y la realidad se confunden, alimentando así el romanticismo entre quienes los recorren, pero también entre quienes los recuerdan.
De eso, el C.C. Paseo Las Mercedes, donde estuvo ubicado el restaurante durante casi 5 décadas, tendría mucho qué decir. Entre sus pasillos entristecidos, tiendas desocupadas y vibrante naturaleza, aún quedan locales que se aferran a las memorias. Y en este caso, a sabores.
Pero el Tizoncito desapareció. De aquel icónico restaurante que pisó Cantinflas alguna vez, nada queda. Ni el nombre ni la estructura. Ni los colores o la suntuosa presentación de sus platos. Nada. Pero en sus 76 metros cuadrados, ahora se erige un comedor que nació para rescatar la esencia mexicana de su predecesor. Su nombre: Cacahuate.
Adiós al pasado
Cacahuate luce como una típica taberna mexicana, donde la madera, tejidos sobre las mesas y banderines multicolores, tan representativos de la cultura azteca, le dan forma a su esencia. Sus muros son los verdaderos testigos del paso del tiempo y contrastan perfectamente con aquel sector recóndito del centro comercial, reconocido por sus pasadizos coloniales y pisos de piedra.
Cobra importancia el significado del hogar, de la familia. La alegría que ofrecen sus tonos brillantes y la fusión entre pasado y presente se evidencin. Accesorios étnicos, pocos y sin extravagancias, les dan textura a sus paredes. Calaveras, sombreros y cuadros saludan al consumidor. Sin embargo, un gran Chapulín Colorado, personaje icónico de la televisión interpretado por Roberto Gómez Bolaños, en medio de uno de sus dos salones principales, es quien da la bienvenida al local.
Cuidadosa con palabras, Irenais Roa, gerente de Cacahuate, comentó sin entrar en detalles sobre los antecedentes del espacio, y sin nombrarlo para evitar batallas legales, que Cacahuate se erige sobre más de 40 años de historia. «El restaurante que estuvo antes que nosotros fue famosísimo. Lamentablemente, debió a la situación económica que atravesó el país hace algunos años, cerró sus puertas definitivamente en 2018 y Paseo se queda un poco acéfalo con el tema de la comida mexicana».
Durante 5 años, nadie volvió a hablar de aquel lugar ni de su propuesta gastronómica. Nadie respondía preguntas, aunque tampoco las hacían. Hasta el pasado 15 de enero cuando abrió sus puertas esta nueva taquería.
«Cacahuate estaba en el centro comercial Galerías Los Naranjos. Teníamos ya dos años operativos, pero quisimos ocupar este espacio para rescatar la propuesta que tanto se apreció en su momento y que fue tan importante para Paseo Las Mercedes», dijo Roa. «Queríamos volver a darle la oportunidad a la gente de conseguir la típica comida mexicana, y a su vez, incluir otros platos de Veracruz, Acapulco y Jalisco, dignos de replicarse en una innovadora propuesta».
Con un matrimonio como dueños y nueva gerencia, Cacahuate quiere escribir un nuevo capítulo en la historia.
La propuesta
El local nació con la idea de afianzar el disfrute desde el núcleo familiar. «Muchos de los restaurantes de comida mexicana que hay en Caracas se han enfocado más al bochinche, a la rumba. Y no está mal. Pero, por ejemplo, nosotros aún no tenemos licencia de licores, y aunque estamos esperando por ella, queremos que el comensal venga para vivir experiencias a través de la comida», reiteró Roa.
“Queremos que la gente coma y aprecie verdaderamente el menú de Cacahuate”
«Nuestra comida está hecha con muchísimo cariño y conocimiento de la cultura mexicana», subraya. «De hecho, nuestro chef, Erasmo Roa, trabajó en las antiguas gerencias del local cuando tenía otro nombre. Al día de hoy, y después de 2 décadas, él mismo ha modificado y mejorado las recetas».
Tienen aproximadamente una veintena de platos en el menú y son enfáticos en que su propuesta no es, y nunca será, tex-mex.
«Aquí hablamos de totopos, no de nachos. No hay queso fundido y tenemos un mole que nos hace únicos en el mercado gastronómico», resaltó la gerente.
Este último tiene 52 compnentes, y el que forma parte de Cacahuate posee al menos 36 de ellos, de muy alta calidad y traídos directamente desde Querétaro, México.
«Nuestros ingredientes son 100% mexicanos. Tenemos el verdadero sabor típico del país en el menú. Cada cosa que hacemos, te lo aseguro, sabe a México». Se aseguran de conseguirlo gracias a un proveedor que exporta los productos de su compañía de alimentos desde Querétaro.
El menú de Cacahuate
Las tortillas de maíz son hechas en casa, sin aditivos, lo que las convierte en grandes favoritas entre los comensales.
Destacan también la sopa azteca, que es una base de tomate acompañada de aguacate, crema de leche, nata, cilantro y tortilla crujiente picadita en el centro. También los platos mixtos, que incluyen tacos, enchiladas, flautas, quesadillas, tostadas y frijolitos. Hay una versión vegetariana.
Los tacos al pastor, entre los más pedidos, están hechos con achiote (semilla rojiza típica de México que se usa como colorante), piña, cebolla, cilantro y cerdo cocinado en su propia grasa.
Los tamales tipo Jalisco son apreciados por su masa de maíz rellena de pollo, envueltos en hojas de maíz, cocidos y servidos con salsas típicas y queso. Las pescadillas de Acapulco también son grandes favoritas por su simplicidad, pero gran sabor: una especie de empanaditas hechas de tortilla frita rellena con guiso de pescado fresco o camarones.
El guacamole estilo Veracruz (una salsa con aguacate, cebolla, cilantro y tomate) y los frijoles también inspirados en esa región que se hacen en mantequilla de cerdo, típica de la zona, cilantro, cebolla, ají picante y ajo, completan la lista de los platos más solicitados por la clientela de Cacahuate.
«La comida que llega a la mesa es de primera calidad. No creemos en eso de usar ‘lo que quedó de ayer’. No se cocina tampoco con aceite de palma. Las fajitas se hacen con el mejor lomito del mercado igual que los chilaquiles o burritos», destacó.
En materia de bebidas, tienen una variedad de opciones entre las que resaltan sus jugos naturales, flor de jamaica, agua de limón con pepino y la limonada con yerbabuena. Y como postre, tienen una única opción: torta 3 leches.
El precio promedio, por persona, está entre 18 y 20 dólares. No obstante, existen opciones más económicas en las que los clientes pueden llevarse a casa tacos o quesadillas, más una bebida, por $10.
Cacahuate auténtico e inclusivo
Irenais Roa destaca la importancia de tener un lugar «para compartir de verdad».
«Porque sí, la gente regresa por el recuerdo de un antiguo local, pero cuando viven la experiencia que brindamos se van encantados. Y lo mejor: regresan».
En Cacahuate escuchan a los clientes. Siempre con la posibilidad de mejorar. La atención y el servicio, comentó Roa, los define. «Es especial porque entre nosotros también hay meseros que estuvieron durante más de veinte años sirviendo comida aquí antes de Cacahuate. Se sienten como si estuviesen de nuevo en casa tras esos 5 años en los que se quedaron sin poder servir mesas, sin poder atender al público. Sin poder darle continuidad al oficio al que le ponen tanto esfuerzo y cariño».
Doce personas forman parte de la plantilla del local, algunos desde la época de El Tizoncito. Y Roa hace hincapié en la presencia de personas con discapacidad, como José Luis, quien desde hace 3 años atiende a los clientes a través con lenguaje de señas.
Horarios
Abren de lunes a jueves desde el mediodía hasta las 8:00 pm.
Los viernes y sábados, desde el mediodía hasta las 10:00 pm y los domingos de 12:00 m a 8:00 pm.