Este lunes se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una condición que está dentro del grupo de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), que también incluyen el síndrome de Asperger y el trastorno generalizado de desarrollo no especificado. Estas tienen en común diagnósticos similares y solo se diferencian en el grado de compromiso de la condición.
La principal característica de los TEA es que quienes los presentan tienen un déficit en las habilidades sociales. Es decir evidencian alteraciones en la interacción con los otros y dificultades para integrarse socialmente. Asimismo, presentan una exagerada dependencia a las rutinas y una alta intolerancia a la frustración.
Se estima que aproximadamente un 1% de la población mundial padece algún TEA, una condición cuyo origen no está del todo claro y depende de varios factores. Según explica Verónica Burón, neuróloga infantil de Clínica Alemana, las causas del autismo «pueden ser multifactoriales y van a depender del grado de compromiso del coeficiente intelectual que tenga el paciente».
«Cuando los niños tienen un compromiso intelectual importante, las causas son más conocidas. Sin embargo, cuando tienen un funcionamiento intelectual más alto, muchas veces no se encuentran causas, y lo que ha ayudado bastante ahí es la genética», profundiza la especialista.
Cómo detectarlo
El descubrimiento temprano de esta condición es muy importante, ya que mientras antes se detecte, más fácil es llevar a cabo un tratamiento adecuado.
El autismo es diagnosticado cada vez más con mayor anticipación en los pacientes. De hecho, Burón señala que «generalmente se detecta después de los 3 años, incluso nos están llegando niños de un año y medio o dos años».
La especialista enfatiza en la detección prematura, ya que «se puede manejar mucho más a un niño con detección temprana. Es increíble como algunos niños si iban en una curva de desarrollo atípico, vamos acercándolos más a un desarrollo típico, y quizás después quedan con algunas peculiaridades, pero es importante comenzar una detección y un tratamiento precoz».
Eso sí, existe cierta dificultad para descubrir anticipadamente esta condición. En relación con esto, Ester Hasson, psiquiatra infantil de Centros Médicos Vidaintegra, afirma que los pacientes con autismo «generalmente no tienen características físicas que los distingan de otras personas».
Por esta razón, es útil conocer algunas señales o indicios que pueden ayudar a su detección. La psiquiatra Hasson enumera los siguientes:
1. Menores que evitan el contacto visual y se aíslan.
2. Dificultades para relacionarse con los demás o no manifestar ningún interés por otras personas.
3. Presentan complicaciones para comprender sentimientos de otras personas y expresar sus propias emociones.
4. Evitan contacto físico, prefieren evadir los abrazos, con excepción de cuando ellos están interesados.
5. No miran objetos cuando se los señalan y tampoco los indican ellos para mostrar su interés.
6. No participan en juegos de simulación, sino que ordenan o apilan éstos.
7. Tienen intereses más limitados.
8. Repiten o imitan palabras o frases que escuchan.
9. Repiten acciones una y otra vez.
10. Les cuesta mucho adaptarse a cambios en las rutinas.
11. Reaccionan en forma peculiar ante ciertos olores, gustos, tacto, aspecto y sonidos.
12. Pierden destrezas que ya habían adquirido, por ejemplo, dejan de decir palabras.