En el imaginario de la gente existe la creencia que las drogas ilícitas son las únicas asociadas a complicaciones y muertes por sobredosis. Sin embargo, existe evidencia reciente de que hay medicamentos recetados y de uso común, incluso de venta libre, que pueden llegar a ser letales y, por tanto, más peligrosos que los usados con fines recreativos al utilizarlos por fuera de sus indicaciones, tal como recoge el portal especializado MDlinxs.
En ese sentido, algunas investigaciones han encontrado grupos de fármacos que también suman enfermos y muertos a las estadísticas epidemiológicas en todo el mundo.
La lista siguiente no trata de limitar o de alarmar por el uso de estos medicamentos, que son necesarios en el tratamiento de muchas patologías.Solo advierten sobre los riesgos de usarlos de manera inadecuada y que no formen parte de la automedicación, que siempre debe ser contraindicada.
César Burgos, presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, recomienda que bajo ninguna circunstancia se prolongue el uso de estos fármacos y se evite al máximo su consumo sin receta médicas.
Aines
Entre estos están los analgésicos antiinfalamatorios no esteroideos. También llamados aines, que son productos familiares de la aspirina y se utilizan comúnmente para tratar dolores y desinflamar.
Estos han llegado a ser tan populares que no solamente se consumen bajo receta, sino que al ser de venta libre forman parte de los botiquines en todos los hogares.
Algunas investigaciones han demostrado que su uso indiscriminado en personas que padecen diabetes, hipertensión, insuficiencia renal o hepática, alteraciones cardíacas o úlceras puede complicar estas patologías. Esto puede generar alteraciones orgánicas potencialmente mortales.
Hace poco un estudio estadounidense comprobó que este grupo de fármacos, en el que se incluyen el ibuprofeno, el diclofenalco, el naproxeno, el piroxicam y muchos otros, puede representar hasta 11% de las hospitalizaciones relacionadas con medicamentos.
Y algunos cálculos indican que 70% de las personas mayores de 65 años los usan, al menos, una vez por semana. Se cree que la mitad de ellos los ingieren más de 7 dosis semanales.
Una investigación publicada en la revista The Lancet referenció el aumento de ataques cardíacos graves hasta en un tercio y el doble de riesgo de padecer fallas cardíacas entre los consumidores de estas sustancias.
De igual forma, se ha hecho referencia a la producción de anemia crónica por sangrados insensibles ocasionados por sus efectos. Incluso, se ha referenciado como un factor determinante de abortos involuntarios y de alteraciones en el área del ADN.
Anticoagulantes
Otro grupo que causa preocupación por su mal uso es el de los anticoagulantes. Estas sustancias son fármacos utilizados para evitar que la sangre forme trombos dentro de los vasos sanguíneos y los tapone con consecuencias graves. Sin embargo, su administración requiere un equilibrio cuidadoso entre los beneficios que provee y los riesgos de sangrados que puedan generarse.
Las tasas de hemorragias asociadas a estos fármacos pueden llegar a complicar las patologías que tratan e incluso favorecer hemorragias internas mortales, según el portal MDlinxs.
Acetaminofén
Por el mismo sendero de precaución los especialistas ubican al acetaminofén, producto de uso común para tratar el dolor y la fiebre. Este producto está considerado uno de los medicamentos más populares del mundo. Sin embargo, diferentes estudios han demostrado que la sobredosis de esta molécula puede producir daños hepáticos mortales. Solo Estados Unidos causa más de 500 muertes cada año y más de 50.000 casos de urgencias y 10.000 hospitalizaciones.
Insulina
La insulina también implica un alto riesgo si no se utiliza como debe ser, ya que al ser una molécula para bajar los niveles de azúcar en sangre la sobredosis puede desencadenar convulsiones, comas y muertes. De ahí que siempre se sugiere tener riguroso control en su aplicación y sometimiento a las indicaciones del médico.
Opioides
Y el grupo quizás más peligroso de medicamentos de receta son hoy en día los calmantes derivados del opio, comúnmente conocidos como opioides. Estos producen altos niveles de dependencia y adicción. Este consumo ha generado una verdadera epidemia en Estados Unidos que causa más de 50.000 muertes al año.
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