Alcira Capecchi, médico graduada de la Universidad Central de Venezuela y precursora en el uso y adopción de la tomosíntesis en el país desde 2011, coordinadora de la Unidad de Mamografía-Tomosíntesis en el Centro Médico Docente la Trinidad, asegura que el autoexamen es el fracaso de la pesquisa del cáncer de mama: “Si a mí como paciente me adjudican la responsabilidad de descubrirme un cáncer mamario con un autoexamen mensual, cuando lo descubra voy a tener una lesión de más de un centímetro”. En cambio, la también docente e investigadora señala que, con la mamografía digital 2D o 3D, se pueden detectar lesiones de hasta tres milímetros, “lo cual garantiza la curación en 95% y con tratamientos mucho más conservadores”.
Las pacientes en Venezuela no se han hecho mamografías en dos años a causa de la pandemia. Capecchi dice que ha sido una lucha volver a convocar a las pacientes y, quienes lo hacen, acuden con muchísimo temor. “En unos dos o tres años tendremos diagnósticos de lesiones no tan precoces por la promoción de estos centros que hacen mamografías sin control de calidad, cuyo resultado es una falsa seguridad en el paciente y su médico”, explica.
Capecchi se refiere a pequeñas unidades que promocionan mamografías digitales cuando en realidad son analógicas, realizadas en antiquísimos equipos donde se practicaban exámenes en los años 90. “Es una oferta engañosa, es un timo a las pacientes porque son invalorables para el diagnóstico”, dijo.
Despistaje del cáncer de mama
Capecchi hace tres recomendaciones sobre la garantía que debe exigir la paciente a la hora de hacerse una mamografía. “Deben ser equipos digitales, que los equipos sean manejados por personal técnico y médico dedicado al área de mastología y que se cumplan criterios de control de calidad: el médico debe ser capaz de emitir informes mastológicos comparativos”, indicó.
Destaca la importancia de asistir a un servicio donde se ofrezca un trato de calidad a las pacientes: “Un servicio profesional es garantía de cercanía y calidez al momento de realizar el estudio. Que las pacientes se sientan cuidadas y atendidas debe ser la prioridad”.
La tomosíntesis, de la cual Capecchi es precursora, es una herramienta adicional en la mamografía digital que permite evaluar la glándula mamaria, en finos cortes tomográficos de hasta un milímetro de amplitud. “El equipo 3D por software especiales reconstruye las imágenes y podemos evaluar cada corte. Es una excelente herramienta en la evaluación de mamas densas, que tienen mucho tejido fibroglandular y que en mamografías se verían muy blancas y que, por esa densidad mamaria de base, podrían ocultar lesiones de hasta tres milímetros”.
A pesar de contar con esta avanzada técnica en Venezuela, los estudios suelen ser costosos porque hacer los controles de calidad de los equipos y su mantenimiento requiere mucho dinero. A esto se suma que no hay un centro público en Venezuela donde funcione un mamógrafo y, por ende, todas las pacientes tienen que acudir a centros privados.
Capecchi explica: “En Venezuela se unen dos cosas aterradoras, no solo el diagnóstico de una paciente con cáncer de mama, sino que se enfrenta a un sistema de salud absolutamente inoperante que requiere enormes cantidades de dinero para asumir el tratamiento apropiado, sin contar con los medicamentos que hay que traer desde afuera y acudir a los centros muy especializados donde funcionan los equipos de radioterapia. Afortunadamente, en Venezuela tenemos maravillosos médicos y especialistas en todos los niveles: oncológico, quirúrgico y radioterapéutico, pero están limitados en los recursos”.
Amenaza
El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres no solo de Venezuela sino en el mundo. Es, además, la primera enfermedad oncológica de pacientes masculinos y femeninos, pero también es la patología oncológica que tiene más sobrevivientes, lo cual es una buena noticia porque quiere decir que cuando las lesiones se detectan a tiempo, las pacientes encuentran el tratamiento apropiado.
En Venezuela sigue siendo una amenaza importante entre las mujeres, pero la mamografía es la principal esperanza. Los servicios médicos toman todas las prevenciones posibles en caso de dovid 19: “No podemos bajar la guardia en el caso del cáncer de mamas”, asegura Capecchi.
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