El 21 de mayo de 2006 marcó su vida. Alberto Carrillo, de 19 años de edad en ese momento, enfrentó un giro inesperado cuando un trágico accidente lo dejó completamente ciego. Una triple fractura de cráneo afectó su quiasma óptico, sumiéndolo en un mundo de oscuridad.
El inicio de su nueva vida fue desgarrador, lleno de desesperación y dolor. Incluso contempló quitarse la vida, pero en medio de la oscuridad encontró una luz interior que lo llevaría a transformar su destino.
Decidido a cambiar su enfoque y ayudar a otros a superar el duelo, Carillo dejó su zona de confort y se mudó a Colombia. Su sueño era claro: promover la resiliencia y apoyar a quienes enfrentaban discapacidades. Se embarcó en el estudio de psicología en la Universidad de la Sabana (Colombia), superando las barreras culturales y académicas con determinación, hasta graduarse exitosamente.
Sin embargo, la realidad laboral no fue sencilla para el joven después de su graduación. Las empresas a menudo se centraban en su discapacidad en lugar de reconocer sus habilidades. Esto no detuvo a Carrillo, quien buscó incansablemente oportunidades laborales, incluso ofreciendo charlas gratuitas basadas en su experiencia de vida y conocimientos de psicología en colegios locales.
Pero la verdadera transformación llegó cuando Alberto descubrió su pasión por correr. A pesar de sus desafíos, se propuso metas audaces y comenzó a entrenar. Pasó de correr 4 km en 40 minutos a completar una maratón completa de 42 km en Miami en 2022, convirtiéndose en el primer ciego venezolano en lograr esta hazaña impresionante.
«La vida es como una maratón. No te da lo quieres sino lo que requieres para seguir adelante y que todo tiene un por qué y un para qué. A pesar de que yo no tengo la vista, sí tengo la visión de a dónde quiero ir. La vista te distrae y la visión te enfoca. La vida no se ve, se siente», dijo Carrillo en conversación con El Nacional.
Pero eso no fue suficiente. Alberto Carrillo continuó desafiándose a sí mismo y rompiendo barreras. En un acto de pura voluntad y determinación, completó un Iron Man 70.3 en Cartagena, superando los obstáculos de la natación, el ciclismo y la carrera. Con esta hazaña, se convirtió en la primera persona con discapacidad en Colombia en lograrlo.
Hoy en día, Alberto Carrillo es un ejemplo vivo de superación y resiliencia. Ha participado en múltiples maratones y ha establecido el audaz objetivo de conquistar las seis maratones más famosas del mundo. Su vida ha sido transformada por el deporte, y su historia inspira a todos a superar obstáculos y perseguir sus sueños sin excusas.
«Lo de correr siendo ciego no es fácil. Conseguir los suplementos para correr ha sido mucho de intentarlo varias veces. Me entreno 10 veces a la semana, nado, manejo bicicleta. Y me repito frases para auto motivarme para usar esto como algo para prepararme con mucho compromiso. No pienso en los sacrificios, sino en los beneficios», explicó.
Alberto Carrillo es un soñador, para él, dice, nada es imposible. Su intención, ahora, es inspirar con su historia a otras personas. Por eso, presenta su libro Ridículo es NO hacerlo. Se trata de una iniciativa con la que espera mostrar qué es lo que está detrás de la medalla, con el propósito de inspirar a otros a pagar el precio para ganarla.
«Todo se puede lograr. A pesar de que nos haya pasado algo, saber que podemos crear nuestra mejor versión. Usar lo que nos pasó como un regalo para hacer una mejor versión de nosotros y que sea algo extraordinario. Sobre todo para que nos demos cuenta que la peor discapacidad es la mala actitud», aseguró.
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