El escritor Mario Vargas Llosa confesó hoy la gran influencia que ha tenido en su obra el gran literato ruso León Tolstói al recibir en el teatro Bolshói un premio por «El héroe discreto».
«Este galardón está ligado a un escritor que admiro enormemente (…) y que ha tenido una gran influencia en mi vida de escritor», admitió en su discurso de agradecimiento.
Vargas Llosa, de 81 años, recibió el galardón Yásnaya Poliana durante una ceremonia en la sala Beethoven del Bolshói a la que asistió el propio nieto del autor de «Guerra y Paz», Vladímir Tolstói.
«Leí ‘Guerra y Paz’ en francés a comienzos de los años 60 y es una de las más grandes impresiones que he tenido como lector. Desde entonces creo haber leído todo lo que se ha traducido de su obra al español, inglés y francés», dijo el escritor hispano-peruano.
Además de considerar «Guerra y Paz» como «una de las mejores novelas de la historia», el premio Nobel se siente identificado también con la «doble vida» de Tolstói, «la de escritor y pensador, y la de modelo espiritual implicado en los problemas sociales de su tiempo».
«Mostró una manera de ser intelectual y escritor, es decir, dedicado a su trabajo y, al mismo tiempo, profundamente comprometido», señaló.
Tolstói no dudo en criticar a los zares por la represión de las clases más desfavorecidas y enfrentarse a la todopoderosa Iglesia Ortodoxa, que le excomulgó.
De hecho, al final del acto, Vargas Llosa, que siempre ha sido un apasionado de la política, emuló al genio ruso y no pudo evitar referirse a la situación en Cataluña.
Recordó que «el nacionalismo siempre provoca violencia» y pronosticar que no cree que «ese intento secesionista vaya a prosperar», ya que es «un movimiento minoritario».
Además, consideró de una «ambigüedad extraordinaria declarar una independencia y suspenderla a los siete segundos», al tiempo que lo interpretó como un «retroceso» para los nacionalistas inquietos por la huida masiva de bancos y empresas.
Pero era un día para centrarse en la literatura y, acto seguido, reconoció que «para un escritor latinoamericano saber que puede llegar a lectores rusos es muy emocionante».
«La vida de un escritor es muy solitaria (…) y saber que los libros de uno tienen difusión y reciben reconocimiento es algo estimulante», señaló.
Vargas Llosa, que lleva varios días en Moscú, donde ha firmado libros y concedido numerosas entrevistas, estuvo acompañado en todo momento por su pareja, Isabel Preysler.
El nieto de Tolstói, que fue el encargado de presentar el premio, le devolvió el cumplido dedicado a su abuelo y admitió que Vargas Llosa, al que veía hoy por primera vez, era su «amor secreto» desde hace décadas.
«Recuerdo la emoción que sentimos en los años 70 cuando en la URSS aparecieron las primeras traducciones de autores latinoamericanos. Siento muy cercano su temperamento, sus personajes coloristas y esa mezcla de realidad y fantasía», señaló a Efe.
Tolstói destacó que Vargas Llosa está enamorado de sus propios personajes y que eso lo nota el lector.
«El mundo necesita héroes discretos que no vuelan al cosmos o hacen cosas increíbles, sino que viven según les dicta su conciencia», apuntó en referencia a «Un héroe discreto», libro publicado en 2013 y considerado por su propio autor como su obra más optimista.
El premio Yásnaya Poliana reconoce en la categoría de mejor novela extranjera obras escritas después del año 2000 y traducidas a la lengua rusa.
En las primeras ediciones del premio reconoció los trabajos del turco Orhan Pamuk, Nobel de Literatura en 2006, y de la canadiense Ruth Ozeki.
«Había muchos candidatos al premio. Había novelas de autores franceses, ingleses, alemanes y estadounidenses, pero la obra de Vargas Llosa fue la más votada», comentó a Efe Alexéi Varlámov, miembro del jurado.
Comparó al escritor peruano con Tolstói por su capacidad para «pasar de lo grande a lo pequeño» sin que apenas se note.
«Para Tolstói no hay diferencia entre los personajes que representan la guerra y la paz. Vargas Llosa tampoco hace distinciones entre ricos y pobres. Tiene la capacidad de mostrar ambos. Desde el punto de vista artístico, los pequeños también son grandes», explicó.
Los rusos se enamoraron de la literatura latinoamericana en tiempos soviéticos y desde entonces «García Márquez, Borges y Vargas Llosa forman la troika de escritores más leídos».
«El realismo mágico no es algo exótico para los rusos. Tenemos un gran respeto por la literatura latinoamericana», subrayó.
Vargas Llosa pondrá punto y final a su periplo ruso con una visita este sábado a Yásnaya Poliana, localidad de la región de Tula donde nació en 1828 el autor de «Anna Karénina», y que es objeto de peregrinación de muchos admiradores de Tolstói, ya que en ese lugar yacen sus restos.
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