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Sinfónica Simón Bolívar llevó a Beethoven a Los Ángeles

por Avatar

Durante poco más de una hora, el público del Walt Disney Concert Hall estuvo hipnotizado. La Novena sinfonía de Beethoven embriagó el espíritu de los que estaban en la sala. Gustavo Dudamel bajó la batuta y una estremecedora ovación plenó el lugar. De pie, de súbito. Los espectadores no dejaban de aplaudir pese que a que ya el director había puesto varias veces de pie a cada fila de la orquesta. La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y la Filarmónica de Los Ángeles terminaban la tercera función seguida de la Novena y empezaban al día siguiente el segundo ciclo de las nueve sinfonías, que culmina este domingo 11 de octubre. Con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar no sólo el público del Walt Disney Concert Hall puede sentir la energía de Beethoven. Los músicos venezolanos ofrecieron ayer un concierto gratuito en la Iglesia de Pomona, ubicada en la comunidad con el mismo nombre, en la que viven unos 200 mil habitantes, en su gran mayoría de escasos recursos económicos. En medio de unas calles en las que las balaceras entre pandillas es noticia recurrente, en las que hay pocas opciones de desarrollo para sus habitantes, en las que las drogas y la prostitución son un negocio rentable, sonaba ayer otro mensaje: el de la música por la paz, el de la música como camino de acción social. Decenas de niños que provenían del Distrito N° 1 de Los Ángeles escucharon, por primera vez, un concierto sinfónico y descubrieron ciertos instrumentos. Algunos de ellos pensaban que si los que estaban en el escenario pudieron hacer realidad sus deseos, ellos también lo podrían hacer. Esa era la meta de este concierto: música para motivar, para inspirar. Otro grupo de los niños que estaban en el recinto ya tenían un trecho musical recorrido. Eran los pequeños músicos que ya estudian en el programa YOLA (Orquesta Juvenil de Los Ángeles).. Los miembros de este programa han podido asistir a conciertos y a ensayos de las sinfonías de Beethoven y el miércoles hicieron una presentación junto a sus profesores y a músicos venezolanos. El Festival Beethoven Inmortal ha sido un descubrimiento para muchos niños y jóvenes que serán la audiencia del futuro. Este concierto (Side by Side) fue el cierre de un simposio llamado Take a Stand, en el que participaron miembros de más de 80 programas estadounidenses inspirados en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Ese miércoles, al salir del Side by Side, el padre de Liliana Morales, una chica de 14 años de edad, quien toca el violín, contaba a algunos curiosos lo importante que ha sido la música para su hija: «Liliana y nosotros estamos muy agradecidos porque si no hubiera sido por YOLA y el maestro Dudamel, no habría recibido clases de música. Nosotros no teníamos cómo pagar un profesor. Y sin esas clases, no habría podido entrar a la escuela de artes donde está hoy, a la que entró luego de presentar varios exámenes. Es una niña muy destacada y con buenas calificaciones». Los músicos de la Bolívar, Embajadores Nacionales de Unicef, no solo fueron a Pomona, sino también al Inner-City Arts, un espacio localizado en otra comunidad vulnerable de Los Ángeles, en el que se promueven las artes para jóvenes; un lugar en el que, como en cada núcleo de El Sistema, se cree en que a partir del trabajo con la creatividad y la sensibilidad de los más pequeños se puede colaborar en la construcción de una mejor ciudadanía. La semana pasada, algunos músicos de la orquesta venezolana también estuvieron en Rampart, otra comunidad humilde, en la que ofrecieron una presentación para los niños de YOLA at HOLA, uno de los tres núcleos de YOLA en Los Ángeles. Estas actividades se suman a la agenda educativa que protagonizó la Bolívar en Berkeley, la parada anterior a Los Ángeles. A lo músicos venezolanos les quedan tres conciertos en el Walt Disney Concert Hall y luego regresan a Venezuela para continuar su agenda de trabajo.  Prensa FundaMusical Bolívar – Mppdpsgg