Hubo un tiempo en el que el gran proyecto de todo grupo comprometido con los pobres y el pueblo, especialmente de esos sectores llamados entonces marginales o marginados, consistía principalmente en concientizar a las comunidades para que una vez conscientes de su dignidad y derechos se organizaran y sobre esa base fundamental estuvieran en condiciones de exigir el cumplimiento de esos mismos derechos siempre postergados y negados. El socialismo del siglo XXI tomó ese mismo proyecto como una bandera y se ha empeñado en llevarlo a término.Organizar implica un organizador de algo que de por sí está desorganizado. Cuando ello se aplica a comunidades populares, se parte del supuesto según el cual el pueblo venezolano es desorganizado y además incapaz de organizarse por sí mismo. Viejo y tradicional prejuicio antipopular que siempre han compartido los bien y los malintencionados.Lo máximo que ha logrado hasta ahora ha sido la realización de algunas organizaciones, externas y artificiales, en la comunidad, pero no de la comunidad ni, por tanto, la ?comunidad organizada?. Parece que lo único que busca es eso: grupos (colectivos, consejos, comunas; no comunidades), organizados para el sometimiento y la mediatización del pueblo.Las comunidades de vecinos y de convivientes en un lugar común, que es lo que puede entenderse por comunidad, se mantienen fuera de esos esfuerzos, pero mire usted por dónde están organizándose, ellas, al margen de esas organizaciones creadas desde fuera.Hasta ahora la proliferación de delincuentes ladrones y criminales, muchas veces constituidos ellos también en organizaciones delictivas dentro de las comunidades, ha sido el detonante que ha impulsado a todos los habitantes de un lugar a organizarse para defenderse. Organización defensiva y reactiva de todos los vecinos al margen de las estructuras oficiales inefectivas y mediatizadas. Predomina en las urbanizaciones de clase media.En las colas enormes frente a los supermercados, la organización no es de comunidades sino de la agrupación de personas de diversa proveniencia que ya se conocen por concurrir con frecuencia al mismo lugar. Ahí la gente se organiza para obtener lo que necesita y no dejárselo llevar a los grandes bachacos del enchufe y la corrupción.La organización se impone como necesidad propia y no puede someterse a reglas ajenas.Este movimiento autoorganizativo que surge de las profundidades más auténticas del conjunto humano, ¿será anuncio de liberación o de anarquía y fraccionamiento social, dado el caos actual?ciporama@gmail.com