Venezuela y Guyana se han comprometido con la ONU a seguir explorando opciones para un acuerdo que solucione la disputa fronteriza del Esequibo, aseguró hoy la organización internacional.
Los ministros de Exteriores de los dos países se reunieron el pasado fin de semana en Nueva York para discutir la cuestión y, según Naciones Unidas, acordaron «reunirse nuevamente para seguir conversando bajo este marco y explorar opciones para la resolución de la controversia fronteriza».
La cita, que no había sido anunciada previamente por la ONU, se celebró con la mediación de Dag Nylander, el representante personal para este asunto nombrado por el secretario general, António Guterres.
«Los ministros de Relaciones Exteriores y sus delegaciones intercambiaron puntos de vista sobre temas relacionados con la controversia con el fin de explorar opciones para un acuerdo completo para su solución», explicó hoy la ONU en un comunicado.
Según la organización, las dos partes «reafirmaron además su compromiso con el proceso de buenos oficios» puesto en marcha por la organización y reiteraron que seguirán participando activamente.
A través de Twitter, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, agradeció hoy a la ONU su ayuda para la organización del encuentro y destacó el «ambiente cordial y sincero» en el que se celebró.
Nylander fue nombrado el pasado febrero por Guterres en un nuevo intento para tratar de resolver el litigio sobre la región del Esequibo.
Esa zona, que supone dos terceras partes del territorio de Guyana, está bajo mediación de la ONU desde la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, pero la disputa territorial se agudizó en 2015 después de que la estadounidense Exxon Mobil descubriera yacimientos de petróleo en aguas del área del litigio.
El gobierno de Venezuela emitió en la misma época un decreto presidencial que dictaba una orden administrativa de defensa del país, con una demarcación que incluía como propias todas las aguas del Atlántico frente a la costa de Esequibo.
El decreto presidencial venezolano generó el rechazo del gobierno guyanés y disparó la tensión entre las dos partes, que desde entonces han acudido en numerosas ocasiones a la ONU para defender sus posturas.
La ONU ha decidido dar a Nylander un «mandato fortalecido de mediación» para buscar avances hasta el final de 2017.
Si para entonces Naciones Unidas entiende que no hay un «progreso significativo» para resolver la controversia, Guterres derivará el caso a la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, a no ser que los dos países le pidan explícitamente que no lo haga.