A pocas semanas de que concluya el año y el mandato legal de Nicolás Maduro como presidente el próximo 10 de enero, fecha en la que pretende perpetuarse sin haber pasado por elecciones limpias, el mandatario multiplica los gestos para esconder la presión internacional en su contra, reseñó ABC.
Una de estas últimas estrategias fue la llegada a Caracas de una escuadrilla de aviones rusos, entre ellos un Tupolev Tu – 160 capaz de llevar armas nucleares, como marco de una participación de maniobras conjuntas con ese país.
De esta manera, Maduro aprovecha el interés de Moscú en plantar cara a Estados Unidos en el caribe, punto geográfico estratégico a tiro de piedra de su antiguo adversario norteamericano.
El desplazamiento de estas aeronaves refleja el ímpetu ruso de apoyar a sus aliados, específicamente a aquellos que contrarían al gobierno estadounidense, señaló Félix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano.
Rusia y Venezuela mantienen un acuerdo de cooperación que incluye asistencia militar. En ocasiones anteriores este tipo de ejercicios de adiestramiento ya se han realizado.
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