En contraste, el impacto en el consumo interno ha sido positivo, porque, en palabras de González, los venezolanos contribuyen a mover la economía cuando consumen y gastan en el país, así como cuando laboran, incluso, en el sector informal.
Los venezolanos que permanecen en Perú sumaron 859.659 en julio, cifra que posiciona a ese país como el de mayor acogida después de Colombia.
En ese mes, el ingreso de migrantes provenientes de Venezuela disminuyó 91,5% respecto a junio, según la Superintendencia Nacional de Migraciones.
En entrevista con El Comercio, el ministro de Economía y Finanzas (MEF), Carlos Oliva, explicó que este movimiento humano ha tenido dos tipos de impacto: positivo por el lado del PBI y demanda interna, y negativo por el lado de formalización de trabajadores y provisión de servicios básicos.
La economía peruana entre mayo y junio creció 1,08%, su peor resultado trimestral en 10 años. Teniendo en cuenta estos escenarios, ¿tendría algún impacto la reducción de ingresos de migrantes venezolanos al Perú en la economía?
El economista Jorge González Izquierdo indicó que el menor flujo de venezolanos a Perú permitirá que los salarios no se reduzcan, porque cuando la oferta de trabajadores es mayor que la demanda las remuneraciones suelen disminuir.
Señaló que la informalidad no aumentará, debido a que usualmente los venezolanos optan por emprender negocios que les permiten subsistir, pero de manera informal o también porque los empresarios peruanos deciden despedir trabajadores nacionales para contratar venezolanos.