Uruguay y Chile son los países más limpios de América Latina, y Venezuela y Haití los más corruptos, según el ránking presentado por la ONG Transparencia Internacional (TI), que registra avances en Argentina y retrocesos en Brasil y El Salvador.
En la vigésimo quinta edición del Índice de Percepción de la Corrupción, Somalia y Sudán del Sur se mantienen como los peor clasificados y Nueva Zelanda y Dinamarca aparecen como los más transparentes, en un estudio en el que suspende 69% de los 180 estados analizados.
TI denunció al presentar su informe que «la mayoría de países se está moviendo demasiado despacio en sus esfuerzos» para combatir estas prácticas ilícitas y que «en los últimos seis años muchos países han progresado poco o nada».
Además, subrayó por primera vez una «alarmante» correlación entre los países con peores resultados en su clasificación y los que cuentan con peores niveles de protección para periodistas y activistas, los dos colectivos que se encargan principalmente de sacar a la luz los escándalos de corrupción.
«En los países más corruptos el espacio para la prensa y la libertad de expresión está absolutamente reducido, como el espacio para el acceso a la información», explicó a EFE la presidenta de TI, Delia Ferreira, quien advirtió de que bajar la protección a los medios es «dañar al Estado de derecho como un todo».
Los periodistas y los activistas son «los enemigos de los corruptos» y, en consecuencia, «los primeros que están en la línea de fuego, a veces literalmente», lamentó, refiriéndose en concreto al caso de México.
En América Latina destacan por arriba, como viene siendo habitual en los últimos años, Uruguay y Chile, con 70 y 67 puntos sobre un máximo de 100, respectivamente, seguidos por Costa Rica (59) y Cuba (47).
Ferreira destacó en que los países más transparentes también hay casos de corrupción, pero que vienen seguidos de una «reacción» que «marca la diferencia», como en el caso de Uruguay, donde el exvicepresidente Raúl Sendic fue obligado por su partido a renunciar tras descubrirse que empleó la tarjeta corporativa de Ancap para gastos personales.
En el extremo contrario de la tabla regional se encuentran Venezuela (18), Haití (22), Nicaragua (26), Guatemala (28), Paraguay, México, Honduras y República Dominicana (29).
Venezuela, según Ferreira, es un país «en una crisis humanitaria total» porque «la corrupción es el sistema en todos los aspectos de la situación» y «la comunidad internacional debería tratar de ser más sólida impulsando alguna reforma».
A medio camino en la clasificación latinoamericana se posicionan Argentina (39), Brasil, Colombia, Panamá y Perú (37), Bolivia y El Salvador (33) y Ecuador (32).
En el estudio de TI, en el que las variaciones interanuales son normalmente pequeñas, destacan la subida de tres puntos de Argentina y las de dos enteros de Perú y Haití, así como las caídas de tres unidades de Brasil y El Salvador.
A nivel global, Somalia y Sudán del sur cierran el ránking con nueve y doce puntos; mientras que en el otro extremo Nueva Zelanda y Dinamarca alcanzan los 89 y 88 enteros.
España cae un punto con respecto a la tabla previa, hasta los 57, junto a Chipre, República Checa, Dominica y Georgia, con lo que acumula una pérdida de ocho puntos en los últimos seis años; y pierde un puesto, hasta el 42.
Entre los mejor clasificados, tras Nueva Zelanda y Dinamarca, se sitúan Finlandia, Noruega y Suiza (85), Singapur y Suecia (84), y Canadá y Luxemburgo (82).
El vagón de cola, junto a Somalia y Sudán del Sur, está repleto de países en guerra, estados fallidos y regímenes totalitarios: Siria (14), Afganistán (15), Yemen y Sudán (16), Libia, Corea del Norte, Guinea-Bissau y Guinea Ecuatorial (17).
Entre las grandes potencias, Alemania se sitúa en el puesto 12º con 81 enteros, seguida por EE UU (en el puesto 16º, con 75), Japón (en el 20º, con 73), Francia (en el 23º, con 70), China (en el 77º, con 41), India (en el 81º, con 40) y Rusia (en el 135º, con 29).