Amable con ella. Atento a sus necesidades. Padre maravilloso de sus dos niños. Así describía en la red social Facebook la escocesa Mary Turner Thomson a su marido, William Allen Jordan, el norteamericano que le había prometido amor eterno en sagrado matrimonio y que le había dicho que trabajaba como agente de la CIA.
Pero no todo lo que brilla es oro. Jordan, que vivía con su Mary en Edimburgo, Escocia, no era agente de la CIA y tampoco un padre ejemplar. Por el contrario, el hombre escondía un secreto que la mujer terminó develando y contándolo luego en Facebook, y mediante un libro autobiográfico.
El secreto que llevaba oculto el señor Jordan no era su doble vida como agente secreto, si no su doble -o múltiple- vida como esposo y padre. Resultó ser que el hombre tenía 13 hijos con seis mujeres diferentes y además estaba casado desde hacía seis años atrás con otra mujer, según consigna el sitio británico Sunday Post.
«Conocí a William por un chat online cuando yo era una madre soltera con una criatura de nueve meses. Era encantador y nos comunicábamos por mail hasta que nos encontramos, comenzamos a salir y pronto él me pidió que me casara con él. En principio dije que no, pero finalmente hace cuatro años nos comprometimos y nos casamos», contó Thomson.
La mujer, que hoy tiene 53 años de edad, también contó que «después de seis meses de estar juntos, quedé embarazada. Eso me sorprendió mucho, porque él me había asegurado que era estéril».
El mayor de estos engaños fue el de hacerle creer que era agente de la CIA, pero vivía en Escocia porque era adscrito al MI5. Mediante esta falsa ocupación, Jordan podía irse de su casa las veces y el tiempo que fuera necesario para visitar a sus otras familias. Para ella, él estaba en «misiones secretas».
En otra de sus estafas, en el año 2004, el hombre le aseguró a Thomson que había recibido un chantaje por parte de uno de sus enemigos y que si no le daba determinada cantidad de dinero, esa persona mataría a sus hijos. «Yo estaba absolutamente bajo su control. Vendí todo lo que tenía -auto, casa, seguro de vida, todo- y se lo di».
Pero las mentiras del bígamos norteamericano se derrumbaron cuando alguien llamó telefónicamente a Mary y le dijo: «¿Usted es la señora Jordan? Bueno, yo soy la otra señora Jordan». Era Mischelle William, la otra esposa que tenía Jordan. Además, la mujer que llamaba aseguró que el esposo de ambas era un verdadero fraude y un estafador.
«Nos encontramos en un café y hablamos durante 12 horas. Cuando se fue, a las 6 de la mañana siguiente, le envié a mi marido un mensaje y lo abandoné», contó Thomson, quien luego escribió un libro donde detalló toda su experiencia: «El bígamo; la verdadera historia de la última traición de un marido».
Luego de que se descubrieran todas sus mentiras, Jordan fue sentenciado por bigamia, fraude y otros delitos. Además, fue deportado a Estados Unidos.
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