Owen Wilson es uno de los rostros icónicos de la comedia cinematográfica estadounidense, aunque también ha alternado las carcajadas con la acción y el drama, este último en la mayoría de las veces en películas independientes. Pero el actor no comenzó su carrera en la industria como actor.
“Son momentos de la vida: cuando era más joven hacía más comedia romántica, pero ahora me luce más interpretar a un padre. Y ya pronto me verán haciendo de abuelo”, dice entre risas.
“Ahora que tengo hijos, me mueven mucho más las historias como Extraordinario, o prestar mi voz para personajes como los de Cars. Para mí es un placer hacerlo, lo disfruto mucho”, asegura.
Es hijo de la fotógrafa Laura Cunningham y del ejecutivo de publicidad Robert Wilson. Se mudó a Los Ángeles con sus hermanos, Luke (That ’70s Show) y Andrew Wilson, para probar suerte en el mundo del entretenimiento de Hollywood.
“Me entrego mucho a los personajes, porque no estudié actuación en una escuela de manera formal y todo lo que hago es producto de mi imaginación”, explica Wilson acerca de su método para aproximarse a los papeles que interpreta.
La única nominación a un premio Oscar que ha tenido este intérprete ha sido como guionista y no como actor. En 2002, en la categoría de Mejor Guion Original, por The Royal Tenenbaums, que coescribió con Wes Anderson.
“Wes y yo nos hicimos amigos en la universidad. Éramos compañeros de cuarto. Él siempre soñó con ser director, lo cual sonaba maravilloso. Así que se nos ocurrió escribir un guion juntos”, cuenta.
El actor recuerda este encuentro, que le cambiaría la vida, en 1989, cuando se cruzó con el director de Gran hotel Budapest. “The Royal Tenenbaums ratificó la determinación de Wes de enfocarse en la escritura de guiones, en contraste conmigo, que resulté ser un poquito más distraído”, agrega el actor, cuya vocación lo llevó a una rama diferente de la profesión.
Antes de concluir, Wilson asegura: “No puedo separar mis sentimientos de mis personajes. Son parte de la realización del trabajo que hago”.