En un balance entregado por Migración Colombia sobre el flujo migratorio por los tres pasos fronterizos entre Colombia y Venezuela, ubicados en el departamento Norte de Santander, informó que cerca de 1 millón de personas, se movió por esta línea divisoria durante las fiestas decembrinas.
Dicha cifra de ciudadanos es casi la misma cantidad de habitantes del área metropolitana de Cúcuta.
El reporte de la entidad reveló que en diciembre 1.244.434 ciudadanos entraron a Colombia por los puentes internacionales, ubicados en los municipios de Cúcuta, Villa del Rosario y Puerto Santander. No obstante, un número inferior de 1.136.639 de ciudadanos regresó a Venezuela, dentro del mismo período de tiempo.
“Este grueso número de personas tiene preocupadas a las autoridades regionales del Norte de Santander, pues agravó la situación humanitaria que se está viviendo en esta región. Estamos a la espera de que el gobierno aumente la normatividad con el fin de que nos den más insumos para atender esta problemática”, aseveró Juan Carlos Cortés, secretario departamental de Fronteras y Cooperación Internacional.
El funcionario explicó que el éxodo de personas se disparó por las amenazas del presidente Nicolás Maduro sobre un posible cierre fronterizo anunciado en diciembre. La advertencia hizo que en un día se movieran casi 100.000 personas entre ambos países.
Este gran número de migrantes dobla el tránsito diario de 50.000 personas que se mantuvo durante casi todo 2017.
Varios delegados de la Alcaldía de Cúcuta insistieron en que la proliferación de extranjeros que duermen en la calle y los graves cuadros de miseria de la ciudad, serían generados por la avalancha de venezolanos.
Exigen a la Alcaldía de Bucaramanga un plan para venezolanos
Aragua, Carabobo, Zulia, Maracaibo, Falcón y Caracas. Todos son estados venezolanos que están separados entre sí por decenas de kilómetros, pero en Bucaramanga comunidades de todos estos territorios se agrupan en el parque García Rovira, sitio que se ha convertido en el hogar de cientos de venezolanos que llegaron al país en busca de nuevas oportunidades.
La situación que se vive en el sitio se está replicando cada vez más en nuevos sectores de la ciudad, donde los venezolanos llegan a dormir, generando que varios líderes comunales presenten quejas ante la Personería de Bucaramanga sobre los daños a los bienes públicos y la presencia en algunos puntos de material fecal.
“Esta es una problemática que ha desbordado la capacidad municipal y no hay posibilidad de asumir una atención integral por lo que se deben coordinar esfuerzos con el departamento y la nación”, manifestó el funcionario.
La Administración Municipal ha hecho esfuerzos como la creación de la Oficina de Atención a los venezolanos el 9 de agosto, en la que se les asesoraría para acceder a servicios de salud, educación, apoyo psicológico y jurídico.
Ómar Ochoa, personero de Bucaramanga reconoció que hay avances pero recalcó que hoy tienen nuevas necesidades como la de vivienda y es obligación empezar a encontrar soluciones.
La Alcaldía analizará si es posible reubicarlos en albergues y tendrá una reunión la próxima semana con Acnur, la Procuraduría y otras organizaciones no gubernamentales para implementar estrategias que reduzcan el impacto de la llegada masiva de venezolanos a la ciudad, que según los cálculos de la Personería ya alberga a unos 35.000 ciudadanos venezolanos, de los cuales solo 10.000 están de forma legal.
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