El Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, nombró a la activista paquistaní Malala Yousafzai como nueva mensajera de la paz durante una ceremonia en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. 

Malala es la Mensajera de la Paz más joven, según destacó Guterres, quien se refirió a la niña como una valiente defensora de los derechos de las personas, especialmente del derecho a la educación y a la igualdad de mujeres y niñas.

“Rindo homenaje al compromiso inquebrantable con la paz que has mostrado, incluso en momentos de riesgo personal, a tu continua búsqueda de lo mejor de la humanidad y a tu determinación de construir un mundo mejor”, dijo Guterres.

Por su lado, la joven Malala consideró un honor su nombramiento y reiteró la importancia de la educación, particularmente la de las niñas. “Animo a todas las chicas a levantarse y a creer en ellas mismas. Ustedes son las verdaderas promotoras del cambio. Si no se levantan el cambio no llegará. Si quieren un futuro brillante tienen que empezar a trabajar en él ahora y no esperar a nadie”. 

Los Mensajeros de la Paz de las Naciones Unidas son personalidades distinguidas, seleccionadas cuidadosamente de los campos de las artes, la literatura, la música y los deportes, o de otras esferas de la vida pública, quienes han convenido en ayudar a centrar la atención del mundo en la labor de la ONU. 

Estas personalidades participan en actividades y reuniones que abarcan desde actuaciones en conciertos e intervenciones como oradores principales en reuniones de alto nivel de las Naciones Unidas hasta el uso de medios sociales como Twitter y Facebook para ampliar el alcance de una campaña en particular.

Los Mensajeros de la Paz también realizan visitas a los programas de las Naciones Unidas y a las actividades sobre el terreno de la Organización, lo que ayuda a elevar la visibilidad de las cuestiones regionales y locales apremiantes en los medios de difusión internacionales.

Malala también es la Nobel de Paz más joven. Nació el 12 de julio de 1997 en el valle de Swat, en Pakistán, y desde muy temprana edad alzó la voz a favor del derecho de las niñas y mujeres a la educación, convirtiéndose en un símbolo internacional cuando su activismo casi le costó la vida en un atentado de los talibanes contra ella, en octubre de 2012.


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