«Me llamas señor presidente, o señor», le dijo el pasado lunes Emmanuel Macron, mandatario de Francia, a un adolescente que lo saludó diciéndole «¿Qué tal Manu?».
«No, eso no puedes», le responde inmediatamente el presidente que saludaba a jóvenes que asistían a una ceremonia en honor a ex combatientes de la Segunda Guerra Mundial, en las afueras de París.
«Estás en una ceremonia oficial, te portas bien. Puedes hacer el tonto, pero hoy es La Marsellesa» (himno francés) le dijo al joven que había entonado las primeras palabras de La Internacional, el himno comunista, antes de decirle al presidente «¿Qué tal Manu?».
«Me llamas señor presidente de la república o señor. ¿De acuerdo?», le dijo entonces el presidente en un tono seco. «Sí señor presidente», le respondió el joven, disculpándose.
«Bien. Y haces las cosas en orden. El día en que quieras hacer la revolución, primero consigues un diploma y aprendes a sustentarse. Y ahí, irás a dar lecciones a otros», añadió Macron, antes de darle una pequeña palmada en el brazo.
El adolescente asintió de nuevo antes de que el presidente de Francia continuara saludando al público en Mont Valérien, oeste de París, durante el 78 aniversario del mensaje que el general Charles de Gaulle dirigió desde la BBC a los franceses para pedirles continuar el combate contra el régimen alemán, símbolo del nacimiento de la Resistencia durante la ocupación de Alemania.