Juan Guaidó, el presidente interino de Venezuela, está seguro de que el ELN no solo usa su país como guarida sino que, además, maneja economías ilegales con la complicidad de miembros del régimen de Nicolás Maduro.
En recientes declaraciones a medios internacionales, hizo referencia directa a esa guerrilla y aseguró que el ELN “está extrayendo parte del oro para comprar armamento” e incursionando en su país, en referencia directa a la presencia de José Aldemar Rojas, el terrorista que murió tras meter el carro bomba en la Escuela General Santander, el 17 de enero, matando a 21 cadetes y volando en pedazos la mesa de diálogo entre el gobierno colombiano y el ELN.
Pero informes de inteligencia de al menos tres países van más allá y aseguran que esa organización ilegal, a cambio de refugio, también está entrenando a las células insurgentes que defenderían a Nicolás Maduro, en caso de que su eventual salida del poder tenga un desenlace violento.
El diputado opositor del estado Bolívar Américo Grazia confirma ese vínculo entre ‘elenos’ y ‘maduristas’: “Cada vez que el ELN realiza aquí en Venezuela un ataque, deja el mensaje de que lo hace para defender la revolución, y como muestra de poder ante una invasión de otro país”.
El ELN ya ha atacado a milicias contrarias a Maduro en Amazonas y Bolívar. En esa zona, la población identifica a alias Jairo como el guerrillero que recluta y entrena insurgentes de origen venezolano para ejercer control territorial.
También se tienen identificados a dos sujetos con los alias de Martín Burro y Álvaro, que realizan actividades de adoctrinamiento político y fortalecimiento militar a células venezolanas.
Un reciente informe de la fundación Insight Crime, experta en seguridad y defensa, asegura que esa guerrilla –dedicada en Colombia al secuestro, la extorsión, la voladura de oleoductos, el contrabando y el narcotráfico–, ya tendría presencia en al menos 12 estados: Táchira, Zulia, Apure, Trujillo, Anzoátegui, Lara, Falcón, Amazonas, Barinas, Portuguesa, Guárico y Bolívar.
La prueba de que su permanencia en el vecino país es con la anuencia del régimen se hizo visible hace tres meses, cuando la Guardia Nacional Bolivariana capturó al guerrillero colombiano Luis Felipe Ortega, ‘Garganta’, coordinador de un campamento a 14 kilómetros de Puerto Ayacucho.
Su captura desencadenó el crimen de 4 miembros de la guardia venezolana y dejó heridos a otros 12, pero información de inteligencia señala que ‘Garganta’ es hoy uno de los presos privilegiados de la cárcel de Ramo Verde.
Oro y coltán
Además, de adoctrinamiento, la tolerancia con esta guerrilla estaría vinculada a otro negocio de interés para el régimen: la acumulación de oro para financiar la estadía de fichas del gobierno Maduro que están en el exterior. Fuentes venezolanas afirman que el Eln está enquistado en los estados claves del llamado Arco Minero del Orinoco: Bolívar y Amazonas. El primero es una región aurífera en la que cobra vacunas para permitir la salida de oro y tiene alianzas con criminales nativos.
El pasado 13 de enero fue llevado a un hospital del municipio de El Callao un joven de 19 años a quien violentos le amputaron las dos manos y le cortaron la lengua. El muchacho trabajaba en la mina llamada Yin Yan, y aunque las autoridades locales aún no lo dan por hecho, el acto de tortura es visto como un mensaje del ELN para ratificar su control territorial.
Cerca de allí, en Domingo Sifontes, mataron en octubre a seis personas ligadas con las minas de Bolívar, y –al igual que en el caso de El Callo– se le atribuyó al ELN.
La propaganda de sus operaciones, según Javier Tarazona, de la fundación Redes, la realizan en 5 emisoras ilegales que el ELN controla en Venezuela, con alcance en 10 estados. Pese a las denuncias, las frecuencias siguen activas.
Y las vetas que controla están en regiones como Angostura, La Paragua y Caicara del Orinoco, donde además se explota el 30 por ciento de las 8.000 toneladas de oro que puede dar el Arco Minero.
Dubái y Saab
La salida del oro hacia el exterior, y de cargamentos de cobre y coltán, se hace a través del caribe holandés: desde Aruba y Curazao, salen hacia Europa y Asia.
Para tratar de controlar ese tráfico ilegal, desde 2018 se impuso una restricción en la zona para comercializar ese material. Hace exactamente un año, esa medida permitió incautar en el aeropuerto de Aruba, 46 barras de oro que venían de las zonas controladas por el ELN en Bolívar, avaluadas en 2,1 millones de dólares y cuyo destino final era Dubái.
Investigaciones periodísticas del portal Armando Info develaron que detrás de los cargamentos estaban firmas bajo sospecha. Una de estas fue identificada como Empresa Mixta Sociedad Anónima Minería Binacional Turquía-Venezuela (Mibiturven). Un dato que conecta este caso con Colombia es que, en una de las firmas ligadas a Mibiturven –Marilyns Proje Yatirim–, aparece vinculado el barranquillero Álex Saab.
Este empresario es el mismo que hace millonarios negocios con el régimen a través de las cajas Clap y tiene intereses comerciales en Turquía, el nuevo aliado de Maduro. Además, la fiscal en el exilio, Luisa Ortega, señaló a Saab de ser el testaferro de Maduro.
A esos movimientos de oro por el Caribe se les une el episodio denunciado esta semana sobre la llegada a Caracas de un avión procedente de Rusia que iba a sacar 20 toneladas del metal.
Sobre ese tránsito ilegal, la Fiscalía en Colombia tiene pruebas de que el Eln movió hacia Venezuela 34 kilos de oro en un helicóptero con emblemas del Comité Internacional de la Cruz Roja, cuando negociaba un cese unilateral del fuego con el gobierno Santos.
Y los ‘elenos’ buscan extender el negocio, tejiendo alianzas con los disidentes de las Farc Géner García, ‘Jhon 40’; Miguel Santillana, ‘Gentil Duarte’, y Ernesto Orjuela, que, además de coca, incursionan de lleno en la minería ilegal.
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