Edimar vive en Rondonópolis, Mato Grosso (Brasil). Es pintor, mecánico y albañil, y desde hace unos meses, poseedor también de un «Lamborghini». Una especie de Lamborghini, por lo menos. Edimar no compró un vehículo de la casa italiana, sino que usó sus conocimientos como pintor para transformar a su Fiat Uno Fire 2002.
«Lo compré con la idea de quedarme con el modelo original porque fue el primero de mi vida. Nunca había tenido un auto», dijo Edimar al medio O Globo sobre su Fiat. Con el tiempo, de todas formas, el deseo de crear un Lamborghini pudo más.
Empezó a idearlo en 2016, y en principio iba a intentar reproducir el aspecto de un Lamborghini Tutaurus (un concept car), pero no encontró suficientes imágenes como para usarlas de modelo. Entonces se decidió por un modelo del que se declara «fanático»: el Aventador.
«Gracias a Dios ahora estoy teniendo buena repercusión. Hasta ahora, sólo había sufrido humillación», dijo el hombre a O Globo.
«Estoy feliz y realizado», dijo Edimar, que gastó unos 13 mil reales en la producción de su peculiar Lamborghini con corazón de Fiat Uno. Pensó en cambiar el motor por uno más potente, pero por ahora no lo hizo. «No quiero un motor que gaste mucho, así que me quedé con este y voy despacio».