Son tiempos de cambio para la familia real británica. Una serie de circunstancias internas y externas están provocando que los Windsor tengan que reorganizarse y rearmarse para afrontar el futuro.
Capitaneados por la implacable Isabel II, que a los 96 años de edad sigue llevando el timón de la familia, la salida de Harry y Meghan Markle a California y también la caída en desgracia del príncipe Andrés -tras su implicación con el financista Jeffrey Epstein, que fue arrestado por explotación sexual de menores- ha hecho que sus miembros cambien de tareas y de puestos, incluso físicos.
La monarca, de hecho, decidió dejar atrás hace unos meses el palacio de Buckingham y asentarse definitivamente en Windsor. Y no estará sola: los próximos en mudarse a su lado serán su nieto William junto con su esposa y sus tres hijos.
El diario británico The Sunday Times, fuente de confianza, reveló en exclusiva que la pareja de royals más aclamada del Reino Unido cambiará su residencia en septiembre. La familia formada por William de Inglaterra, Kate Middleton y sus tres hijos -George, de 8 años; Charlotte, de 7, y Louis, de 4- dejarán Londres para mudarse a Windsor. Los duques de Cambridge no vivirán en el castillo, como sí hace la reina (es su residencia favorita y donde se refugió con su hermana Margarita durante el bombardeo a Londres en la II Guerra Mundial), sino que se instalarán en una de las residencias próximas.
William y Kate se mudarán
Según el mismo medio, George y Charlotte dejarán la escuela londinense Thomas Battersea cuando termine este trimestre para ser escolarizados, al igual que su hermano menor, en uno de los colegios de la zona. Windsor está a aproximadamente una hora en tren directo desde Londres.
Los duques estarán a apenas 45 minutos en automóvil del palacio de Kensington, el que seguirá siendo su campamento base en la capital, y su apartamento seguirá allí. También en la capital londinense se mantendrán sus oficinas centrales y su equipo de prensa y comunicación.
La ubicación de Windsor cuenta con varias ventajas. Para empezar, una vida campestre, muy del gusto de William y Kate, que pasaron los primeros años de su matrimonio en la finca de Norfolk, en Anmer Hall, en el norte de Inglaterra, un lugar que siguen visitando con asiduidad. Además, estarán muy cerca de Carole y Michael Middleton, los padres de Kate, que viven en la localidad de Bucklebury, a apenas 45 minutos de Windsor. Su intención sería, según el medio británico, mantenerse en Windsor en los años en los que sus hijos sigan yendo a la escuela, es decir, durante al menos la próxima década.
Pero el principal beneficio de la mudanza será el de estar muy cerca de la reina, de Isabel II. Al final, William es el heredero del heredero, el segundo en la línea de sucesión al trono. Tiene una estrecha relación con su padre -más aún desde la salida de Harry de las tareas oficiales de la familia, hace dos años-, que vive en Clarence House, su residencia de Londres.
Cambios en en la realeza
Estos cambios llegan cuando William de Inglaterra alcanza un hito vital: cumplir 40 años de edad. El hijo mayor de Carlos y Diana de Gales los cumplirá en apenas una semana, y llegar a esa fecha le resulta “abrumador”, según desvelan esas fuentes cercanas al Sunday Times. Por eso ha decidido tomar la decisión de salir de la vida “confinada” de Londres y darse, a él y a su familia, una mayor libertad.
Queda por ver dónde vivirán exactamente. Los terrenos de Windsor cuentan con varias residencias. Harry y Meghan Markle restauraron una de ellas, Frogmore Cottage, en una cara reforma (pagada por los contribuyentes) que aun así tuvieron que abonar cuando decidieron marcharse a California. Quien también vive en la zona es Andrés de Inglaterra, el tercer hijo de Isabel II, al que estos días se ha visto paseando a caballo por allí después de perderse las celebraciones por el Jubileo de Platino de la reina por un oportuno coronavirus. Según apunta el diario, su destino podría estar lejos de allí, en Escocia. Y eso permitiría que William y los suyos se cruzaran lo menos posible con la principal persona non grata de la familia real.
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