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Disney compró Fox, ¿malas noticias para Netflix?

por Avatar

Disney ha confirmado la adquisición de los activos de entretenimiento 21st Century Fox, una compra que fue anunciada tras la decisión de la compañía de poner fin en 2019 a los acuerdos de licencias de películas que tiene con Netflix. La compañía de Rupert Murdoch se vendió por 52.4 millardos de dólares en acciones y activos, que incluyen las películas y las redes de cable.

Disney también asumirá alrededor de 13.7 millardos de dólares que acumula en deudas Century Fox. El presidente ejecutivo de Disney, Bob Iger, de 66 años, extenderá su mandato hasta fines de 2021 para supervisar la integración de los negocios de Fox en la que sería la tercera prórroga para su jubilación. En marzo, dijo que estaba comprometido a abandonar la empresa en julio del 2019.

El grupo Fox estaba en pleno proceso de adelgazamiento empresarial y se estaba enfocando en los canales de noticias y deportes con el fin de ser más competitivo. Para evitar la crisis del sector, que requiere inversiones ingentes, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos votó recientemente a favor de eliminar los obstáculos a una mayor concentración entre empresas de medios.

Efectos de la compra

Con la operación se crea un nuevo gigante de Hollywood que podría cambiar el equilibrio de poderes entre los medios tradicionales y los servicios de streaming en Internet como Netflix y Amazon Prime.

Ambos grupos ya eran accionistas junto a Comcast en Hulu, uno de los mayores rivales de Netflix y Amazon. Según la consultora YipitData, la fusión Disney-Fox posee ahora 19% de los contenidos más populares disponibles en Netflix en EE  UU, lo que la convierte en el segundo proveedor de contenidos al grupo de streaming por detrás de la CBS.

Ello solo aumenta la urgencia de la inversión multimillonaria de la compañía de Silicon Valley en el encargo de series y películas. Según el medio YipitData, Netflix produce 15% de los contenidos clasificados entre los 500 mejores programas de la lista de IMDB, en comparación con 12% de Fox y 7% de Disney. En cuanto a Amazon Prime, Disney-Fox acapararían el 9% de una muestra similar.

Esto haría a Netflix y Amazon vulnerables a un movimiento estratégico del nuevo grupo de Hollywood. Sin embargo, Michael Sloan, analista de YipitData, dijo al Financial Times que cree que Netflix podría correr un riesgo mayor ya que «si Disney y Fox se unen y quieren monopolizar su contenido traspasándolo a Hulu, Netflix va a perder más que Amazon».

Netflix ha dicho que espera producir al menos 50% de su contenido, u obtener licencias directamente del productor, en 2020. Su estrategia para reducir su dependencia de proveedores como Disney o Fox empezó en 2013 al anticipar la creciente tensión en la competición con otras compañías en la industria mediática tradicional.

Un hecho anunciado

YipitData analiza terabytes de información diaria obtenidos de páginas de Internet públicas. Para este estudio, la empresa analizó series de televisión incluidas en la lista de las 500 mejores de IMDB y que estuvieran disponibles en Netflix o Amazon, para después agruparlas según la cadena de televisión original que las creó.

Netflix ya ha visto cómo se reducía el número de contenidos de Fox presentes en sus plataformas, de 39 títulos a finales de 2016 a 20 en octubre de 2017.

Entre estos contenidos se incluyen series populares como Expediente X o Buffy Cazavampiros, las cuales desaparecieron de su catálogo aunque siguen disponibles en Hulu. Sin embargo, muchos de los acuerdos de licencia firmados por Netflix y Amazon tienen varios años de duración. Incluso si Disney-Fox decidiese retirar su contenido de la plataforma de streaming, estos seguirían disponibles durante hasta una década debido a los tiempos que marca la licencia original.

Los otros competidores

Desde la industria del streaming, hay quien ha visto una oportunidad en la fusión de Disney y Fox, ya que los desafíos que plantea puede desviar su atención de la competencia de start-ups de Internet. Mientras tanto, compañías de Silicon Valley como Apple, Facebook y Youtube, están realizando grandes inversiones en sus propios contenidos, al margen de los modelos tradicionales de retransmisión.