El consumo de medicamentos falsificados puede derivar en una serie de consecuencias negativas para la salud o, incluso, causar la muerte, principalmente en países donde el acceso a este tipo de productos es más fácil.
Según un estudio de la American Society of Tropical Medicine & Hygiene (ASTMH), alrededor de 300 mil niños mueren cada año en el mundo a causa de estos medicamentos.
«Si uno va a adquirir medicamentos, lo tiene que hacer poniendo cuidado en detalles que garanticen, la calidad, seguridad y eficacia del medicamento. Dispensar o ingerir un medicamento falsificado, adulterado, o vencido puede atentar contra la vida del paciente o multiplicar varias veces el costo de su enfermedad”, señala Celia Linares, gerente de Asuntos Regulatorios de Sanofi Genfar.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada diez medicamentos que circulan en países de ingresos bajos y medios es de calidad menor o falsificado.
A continuación, una serie de recomendaciones que ayudarán a prevenir la compra de medicamentos que puedan poner en riesgo la salud de las personas.
1. Comprar en lugares seguros
Los medicamentos deben adquirirse solo en lugares autorizados por la Autoridad Sanitaria, como cadenas de farmacias, boticas y farmacias formales, donde existe un Químico Farmacéutico responsable del establecimiento que le pueda brindar orientación sobre el uso adecuado de lo que se adquiera.
2. Observar con claridad los datos en el empaque
Antes de adquirir o ingerir un medicamento se debe verificar que el empaque incluya información clara respecto a su fecha de vencimiento, número de lote y registro sanitario. Estos datos no deben presentar enmendaduras ni evidencia de haber sido adulterados.
3. Comprobar visualmente el estado del producto
Antes de consumir un medicamento, es necesario observar si contienen algún tipo de residuo o contaminante, especialmente en el caso de los jarabes, y que las tabletas o cápsulas estén completas y en buen estado. Los establecimientos farmacéuticos autorizados (farmacias y/o boticas) cumplen con las condiciones de almacenamiento que garantizan la conservación y óptimo estado de las medicinas que ofrecen.
Linares subraya, además, que la labor del químico farmacéutico es indispensable para garantizar que el paciente cuente con las alternativas terapéuticas más seguras y eficaces disponibles para el tratamiento de su enfermedad, siempre en el marco de lo prescrito por el médico.
Cabe precisar que, según cifras de la Digemid, en enero del 2018 se decomisaron más de 540 mil unidades de medicamentos, lo cual representaba un incremento del 26% frente a las 400 mil unidades reportadas durante el 2017.
De otro lado, los más recientes informes de la OMS indican que el 21% del total de medicinas falsificadas y de contrabando reportadas en todo el mundo provienen de América.
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