La vida de Luz Neila Polo Ramírez dio un giro de 180 grados que la han puesto en la cumbre de su realización personal y profesional o en las situaciones más adversas. Hoy, la colombo venezolana sigue en las vueltas que le ha ddo la vida, pero esta vez trepada en el carrusel de la política de su país natal.
La barranquillera, de 41 años de edad, es quizá una de las pocas candidatas, entre los 1.114 de las 26 listas, con doble nacionalidad que aspira a un escaño en el Senado. Es una de las fichas de la alianza Verde – Polo Democrático.
El bicho de la política volvió a picar a esta abogada y experta en informática cuando en las fincas cafeteras de Pereira llenaba de granos color cereza su balde y dialogaba horas y horas con los otros recolectores. Las condiciones laborales de estos trabajadores del campo le reactivaron ese ‘chip’.
Luz Neila y su compañera sentimental llegaron en el segundo semestre de 2016 a la capital de Risaralda porque se enteraron de la convocatoria que hizo la Gobernación del departamento para alcanzar los 40.000 recolectores que se necesitan para la cosecha grande en los 14 municipios del departamento. Por esa época, Luz Neila fue conocida por notas periodísticas acerca de una abogada venezolana que recoge café en Colombia.
En efecto, Luz Neila hizo política en Venezuela e intentó infructuosamente llegar a la Asamblea (lo que es el Congreso en Colombia). Sin embargo, cuenta que fueron experiencias interesantes porque lo importante era darse a conocer y presentar sus propuestas.
Hoy, siempre en compañía de Perla, una perra criolla que rescató de las calles, recorre la ciudad y entrega la única publicidad que puede costear, dos volantes que resumen sus propuestas principales: el bienestar de los animales abandonados y penas más fuertes contra violadores de niños.
Los volantes los costeó con las ganancias que obtiene de la venta de las típicas arepas venezolanas.
“Pereira me acogió y estoy muy feliz acá”, dice Luz Neila que este año no piensa recoger café, sino votos para llegar al Congreso.