El Oscar genera un espejismo. Gracias a este premio, por algunas semanas la repetitiva cartelera se oxigena un poco y la oferta en los cines mejora. Pero ese oasis está por evaporarse: este domingo a las 6:00 p.m., en el Dolby Theatre de Los Ángeles, comenzará el ritual televisado de la entrega del Oscar.
Pronto la infantilización, el abuso de las fórmulas y el cargamontón de los efectos digitales volverán a ser la norma en la pantalla grande, aunque a veces recala en los cines alguna sorpresa que nos salva de la resignación.
La gala del Oscar también está abierta a lo inesperado. Y así escaseen los imprevistos, este evento igual concita la atención. A continuación, algunos apuntes sobre la ceremonia de la edición 90 de la estatuilla dorada y sus candidatos.
1. Las leyendas no se manchan
Dos actores prodigiosos que sobrevivirán al filtro del tiempo reducidos a ingeniosos pero efímeros memes. Eso ocurrió en la gala del Oscar del año pasado cuando les dieron el sobre equivocado a Faye Dunaway y Warren Beaty, lo que propició que ellos anunciaran como triunfadora a Mejor Película a La La Land, cuando en realidad había ganado Moonlight.
Aun así, el olfato para el show business de Hollywood detecta oportunidades en cualquier lado. El papelón del Oscargate debe ser aprovechado. Y hoy Dunaway y Beaty volverán a revelar la ganadora a Mejor Película.
La disputa está entre La forma del agua y Tres anuncios por un crimen, salvo que se haya producido una carambola alucinante en la tendencia de los votos de los cerca de 6.000 miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de EE UU. (el Oscar es el autobombo de esta industria y de Hollywood).
Un criterio salomónico o compensatorio puede haber sido tomado en cuenta. El panorama es el siguiente: al mexicano Guillermo del Toro le han despejado el camino para que gane en Mejor Dirección por La forma del Agua (Martin McDonagh, de Tres anuncios por un crimen, no está nominado). Pero ya se sabe que la repartija de premios es una acción análoga a jugar la lotería. La incertidumbre siempre está. Esto incluye el rubro de Mejor Película.
2. Sensibilidad social e inclusión: el cine para hacernos reaccionar
Más de una nominada al Oscar 2018 dialoga con esas zonas poco iluminadas de la realidad para dignificarlas. La forma del Agua sigue el vínculo entre dos seres marginados: un hombre-pez y una limpiadora muda. Tres anuncios por un Crimen arremete contra la inoperancia policial y retrata la prepotencia de una ciudad estadounidense situada en la América rural y profunda. Y ¡Huye! fustiga el racismo mediante un relato de terror.
En cuanto a la reivindicación femenina, The Post rescata a una pionera del periodismo como Katharine Graham, y por este papel Meryl Streep alcanzó su candidatura 21 del Oscar como actriz (es la intérprete más nominada de la historia).
Asimismo, Greta Gerwig es la única mujer que compite en Mejor Dirección por Lady Bird, sobre el proceso de crecimiento de una chica entrañable, díscola y con ansias de vivir, maravillosamente interpretada por Saoirse Ronan.
3. Irreverencia, empatía y elegancia: el ansiado equilibrio
El buen comediante Jimmy Kimmel sobrevivió al escrutinio público y repite como presentador de los Oscar. El año pasado estaba caliente el tema de Donald Trump (volver a aludirlo será acaso inevitable). Hoy resuenan movimientos y nombres como Me Too, Time’s Up o Harvey Weinstein. El contexto fue atinadamente aprovechado por el igual de talentoso Seth Meyers en la conducción de los Globos de Oro. Sin embargo, parece que Kimmel no irá por esa senda.
En una entrevista con el programa Good Morning America, señaló: “Mira, esta es la cuestión: este show no es sobre revivir los abusos sexuales. Es un show para gente que ha soñado con ganar un Oscar quizá durante toda su vida, y lo último que quiero hacer es arruinar a alguien con una nominación a Mejor Actriz, Actriz de Reparto, Dirección, Fotografía o lo que sea, haciendo que esto sea desagradable. Eso no es lo que quiero hacer. No voy a detener las malas conductas con mis chistes”.
Las activistas del Time’s Up, por su parte, han dicho que no impondrán una manera de vestir para protestar contra la violencia y la desigualdad de género (en los Globos de Oro el mandato era ir de negro). Time’s Up apunta al trato indiscriminado y busca atender a mujeres de cualquier estrato social, así como a hombres que han sufrido de acoso o abuso sexual.
4. Presencia latina
Los aztecas Eugenio Derbez, Eiza González, Natalia Lafourcade y Gael García Bernal se subirán al escenario del Dolby Theatre. ¿Señal inequívoca de una distinción para Coco, que se inspira en el Día de los Muertos de México y está nominada a Mejor Película de Animación y Mejor Canción Original.
Chile también está expectante. Su representante se llama Una mujer fantástica y compite en Mejor Película Extranjera. Es una de las favoritas (la otra es la sueca The Square). Su relato dirigido por Sebastián Lelio indaga en los límites de la tolerancia: su protagonista Marina (la actriz transgénero Daniela Vega) debe luchar contra los prejuicios luego de la muerte inesperada de su pareja.
5. Los premios casi fijos
Además de Guillermo del Toro en Mejor Dirección, solo otras dos candidaturas dejan muy poco margen para las incertidumbres. Tendría que pasar algo demasiado extraordinario para que estos postulantes no se conviertan en los ganadores.
Se trata de Frances McDormand en Mejor Actriz –ella es una madre desgarrada por su hija asesinada en Tres anuncios por un Crimen– y de Gary Oldman en Mejor Actor –donde se transforma en cuerpo y alma para encarnar al histriónico y visionario Winston Churchill–. Ambas son interpretaciones inobjetables. Oldman, además, nunca ha ganado la estatuilla dorada. A sus 59 años, está a horas de su máximo reconocimiento como actor.
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